Bancos de emisión en el Bicentenario – Prensa Libre
De los ocho bancos emisores que operaron en Guatemala durante medio siglo, de 1874 a 1924, solo había un banco estatal. El límite de 1924 se debe a que en ese año se creó la moneda quetzal, abandonando el peso que se había utilizado en el país durante 400 años, y este fue el último año en que los bancos emisores privados emitieron billetes.
Londres era el centro financiero más importante de la época, por lo que varios gerentes bancarios tenían esta nacionalidad, trabajando en Guatemala. He logrado localizar fotografías de algunos directores y presidentes de bancos emisores, y algunas anécdotas de estos, y en general su firma es conocida por todos, ya que está estampada en los billetes.
Los bancos emitieron billetes artísticos, impresos en los Estados Unidos de América e Inglaterra, cada uno con diferentes diseños y tamaños, pero todos denominados en la unidad de pesos, que era la unidad oficial en Guatemala en el período analizado.
El régimen del papel moneda inconvertible fue introducido por el presidente José María Reina Barrios en 1897, como una medida más o menos temporal.
El presidente Manuel Estrada Cabrera sucedió a Reina Barrios en 1898 y continuó emitiendo papel moneda como una lucrativa fuente de ingresos fiscales.
Los edificios del banco se ubicaron en el actual centro histórico de la capital de Guatemala, y algunos fueron total o parcialmente destruidos debido a los terremotos de 1917-1918.
Durante medio siglo, los bancos emisores de Guatemala han emitido sus propios billetes, en pesos. Cada banco ha utilizado diferentes modelos e incluso diferentes tamaños para sus billetes. En 1874, había un banco estatal que operó durante 32 meses, y fue un fracaso como proyecto financiero.
En 1877, año y medio después, se crea el primer banco emisor privado. Posteriormente, se aprobaron siete bancos más, convirtiéndolo en banco estatal y siete bancos privados, para un total de ocho.
El banco estatal se llamaba Banco Nacional de Guatemala. Los bancos privados constituidos como sociedades anónimas fueron Banco Internacional de Guatemala, Banco Colombiano, Banco de Occidente, Banco Comercial de Guatemala, Banco Agrícola Hipotecario, Banco de Guatemala (diferente del actual Banco de Guatemala, que es de propiedad) y Banco American de Guatemala.
El Banco Comercial de Guatemala y el Banco Agrícola Hipotecario se fusionaron bajo este último nombre en 1894. Los seis bancos emisores privados restantes operaron durante casi medio siglo. Los bancos privados de emisión emitieron billetes sin aval, lo que provocó la depreciación de la moneda. Cuando los bancos emisores privados cancelaron los derechos de emisión monetaria, pudieron continuar funcionando como bancos comerciales.
El gobierno tenía contratados préstamos con bancos privados, que a su vez tenían la deuda correspondiente a la emisión de billetes que se registra como pasivo, mientras que el activo estaba respaldado por préstamos al gobierno. Mantuvieron deudas recíprocas.
No fue hasta 1926 que se implementó la Reforma Monetaria y Bancaria, compensando las deudas recíprocas entre el Estado y los bancos.
El experimento de los bancos emisores fracasó por la excesiva influencia del gobierno en la adquisición de préstamos bancarios, provocando el exceso de emisión monetaria y el colapso del sistema monetario y bancario. El rescate del sistema bancario se obtuvo primero mediante la sustitución del peso por el quetzal en 1924, luego por la conversión de moneda resultante de la reforma monetaria y bancaria de 1925 y 1926.