El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Bicentenario, ¿ahora qué?

Una de las características del guatemalteco es el poco patriotismo que posee; Aunque es alegre, amable, solidario, el amor por el país no es lo suyo, nos gustaría tener el sentimiento por su país que tienen los mexicanos, estadounidenses y japoneses, por nombrar algunos. Por la misma razón, en medio del evento del Bicentenario de la Patria, las opiniones fueron contradictorias y variadas. Por un lado, personas e instituciones que celebraron el evento a su manera, mostrando su fervor nacional, algunos más como campañas publicitarias y, por otro lado, personas e instituciones que dijeron que no había nada que celebrar.

Con más intensidad que en otros años se han publicado mensajes, libros, discursos afirmando que no tenemos nada que celebrar porque en realidad no hay «independencia», y el hecho de que «el Acto de Independencia» fue solo un acto para declarar que las autoridades fijadas por el gobierno español, a partir de la fecha “15 de septiembre” dejarían de obedecer a la monarquía española y se pondrían al mando de los oligarcas criollos que ya no querían rendir homenaje a España, el pueblo no era tenido en cuenta y No se sentaron las bases para el desarrollo del país. Esto es cierto, pero también es importante señalar que a partir de esta fecha, Centroamérica deja de pertenecer a España, y de alguna manera nació La Nación a partir de ese día.

Han pasado doscientos años desde la independencia de España, y aunque el acto fue la independencia del imperio, la nación ha evolucionado bajo el liderazgo de personas nacidas en ese país, con intereses arraigados en estas tierras, y a pesar de que hasta la fecha tenemos una serie de ineficiencias y poco desarrollo, vivimos una relativa independencia que debemos valorar: religión, propiedad privada, derechos adquiridos como manifestación y control público. Derechos que se violan en otros países como: Afganistán, Corea del Norte, China, Rusia y como vecino Nicaragua, Venezuela, Cuba.

Vivimos en un país con relativa democracia, y «el pueblo debe elegir sus autoridades» pero tenemos claro que el sistema actual está liderado por grupos interesados ​​en mantener el statu quo, los que han cooptado todo el aparato estatal. Sin embargo, hay un grupo de empresarios progresistas, así como intelectuales y también ciudadanos honestos, trabajadores, con alta moral, en todo el país, tanto en áreas urbanas como rurales, que podrían si se pusieran manos a la obra. el mejoramiento del país, provocando un cambio real pacífico pero decidido, buscando ganar los votos de manera limpia y honesta sin intereses particulares que no sean la búsqueda del desarrollo del país, que promueva el bienestar de todos y una espiral de mejora ineludible, si se lleva a cabo con las bases adecuadas. El poder es del pueblo, pero hay que concienciarlo de participar sin bandera política, porque tanto los que todavía se califican de izquierda como los de derecha buscan intereses particulares, como hemos visto entre sus dirigentes, contentándose con de obsequios otorgados por los gobernantes a su vez los hechos constatados en las decisiones tomadas en el Congreso de la República, el Ejecutivo y el Poder Judicial, donde, debajo de la mesa, se ganan deseos.

Es importante tomar acciones claras como: Visión a largo plazo. Plan maestro de 30 años. Corrupción cero. Seguridad. Alimento y refugio universal. Subsidiariedad estatal. Prioridad a la salud y la educación. Servicios de calidad para todos. Desarrollo de medios / medios de comunicación que permitan la productividad del país. Ahora es el momento y se puede hacer con relativa rapidez antes de que sea demasiado tarde.

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