El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Celebra el bicentenario de la independencia – Prensa Libre

Ayer fue el bicentenario de la independencia de Guatemala. Una ocasión que merece ser celebrada por muchas razones, pero la principal es esta Declaración que estableció la Libertad como la base de la Nueva República Independiente que estaba en proceso de ser fundada. Una independencia que significó romper el vínculo que nos unía política y económicamente con España y esta libertad que favorecía a todos los guatemaltecos, sin excepción.

Celebrar el bicentenario es estudiar la historia que llevó a los guatemaltecos a esta independencia después de 300 años de pertenencia a España y analizar con ojo crítico los 200 con los que no estamos emparentados. Puede que nos guste o no lo que pasó, pero no podemos negarnos a revisar lo que pasó para que podamos aprender y corregir los errores, así como señalar lo bueno y seguir adelante. Rechazar el Bicentenario es ignorar quiénes somos. Las cosas buenas o malas que han pasado desde la Independencia son parte de nosotros y nos caracterizan.

En esos 200 años, lo hemos tenido todo. Se han producido injusticias, pero nuestro sistema de justicia también se ha fortalecido lenta y gradualmente. Hemos conocido períodos de proteccionismo y comercialismo, pero los aranceles también han ido desapareciendo. De la economía primitiva de entonces, o de la economía de subsistencia de hoy, tenemos una economía que, aunque puede crecer mucho más rápido, no es en absoluto despreciable. Vivimos en una República con una clara distribución de poderes. Es cierto que esto a veces da la impresión de que las distintas instancias de gobernabilidad y poder están de acuerdo, pero es cierto que hemos avanzado y realizado cambios positivos para que la separación de poderes sea efectiva. Hemos vivido una época en la que gran parte de nuestros políticos se han convertido en servidores corruptos del gobierno, pero al mismo tiempo hemos logrado llevar ante la justicia a varios de estos grandes ladrones. Algunos ya han sido declarados culpables y sentenciados. Los cambios positivos tardan en suceder, pero ocurren y pueden tardar generaciones en ser efectivos.

Tenemos legados que hoy nos mantienen aún pobres y con conflictos sociales. Uno de ellos es propiedad del estado del subsuelo y nos causa muchos problemas sociales. Es un desafío romper estos legados desastrosos para que el sótano pertenezca a quien sea el dueño del área y así solo el dueño pueda decidir qué hacer con lo que hay en el sótano. Esta es la diferencia entre los conflictos por los escasos recursos no renovables en Guatemala y América Latina frente a lo que está sucediendo en Estados Unidos, donde la explotación de estos recursos ha sido sinónimo de riqueza y progreso.

Celebro con alegría este bicentenario y sueño de una Guatemala próspera e independiente, donde sus ciudadanos, libres y responsables, puedan intercambiar sus bienes con toda serenidad, donde sus derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad estén garantizados. Si soñamos en grande y persistimos en este sueño, algún día lo haremos realidad. Pero si dejamos de soñar, pensamos negativamente, nos quejamos todo el tiempo y seguimos desempeñando el papel de víctimas, las cosas nunca cambiarán para mejor. Seguiremos siendo pobres y esclavos de nuestros propios pensamientos y acciones. Celebremos positivamente este bicentenario y seamos protagonistas de los cambios que nos permitan avanzar hacia una sociedad más libre y próspera.


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