Quejarse

Cerrar el paraguas del Pentágono: tarea pendiente

«Los candidatos presidenciales y sus alianzas políticas enfrentarían el dilema de elegir entre los intereses de Panamá o permanecer complacientes ante las imposiciones y los intereses de Washington».

El 7 de septiembre de 1977 se firmaron los Tratados del Canal de Panamá, conocidos como Torrijos-Carter, entre el general Omar Torrijos y el presidente de los Estados Unidos, James Carter. Tiempo después, el ejército panameño reconocería, durante un mitin político en la Plaza 5 de Mayo, que el acuerdo alcanzado «nos puso bajo la égida del Pentágono».

Esta infame frase de Torrijos se refería a los instrumentos y adiciones conexas que acompañaron al acuerdo y que luego se conoció como el Tratado de Neutralidad Permanente con sus enmiendas y reservas, siendo la más nombrada la Enmienda Nunn, propuesta por el senador demócrata por estado. de Georgia, Samuel Augustus Nunn, y la Reserva DeConcini, una iniciativa del también senador demócrata de Arizona, Dennis DeConcini.

Torrijos, quien en ese momento encabezaba un gobierno cívico-militar, instalado en el poder el 11 de octubre de 1968, tras derrocar al presidente electo democráticamente, Arnulfo Arias, sumó a su primera expresión otra que luego sería incorporada a la jerga de la política local. referirse a algo que se consideró aceptable: “Los tratados son bebibles. Sin embargo, no todos los panameños tomaron el «elixir». Académicos, dirigentes estudiantiles, intelectuales y algunos dirigentes políticos de la oposición, entonces proscritos por la dictadura, tomaron la iniciativa y se movilizaron para exigir el rechazo de los acuerdos en el canal, creyendo que atentaban contra los intereses y la soberanía de Panamá.

Entre estos grupos se destaca Vanguardia Popular, movimiento integrado por estudiantes universitarios de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, estos jóvenes de fines de la década de 1970 y hoy profesionales del derecho, entre ellos; Alberto Almanza, Carlos Manuel Lee, Ricardo Eskildsen Morales, Una Alfú de Reyes, Víctor Castillo Ortega, Ángel Sánchez, Federico Ismael Ponce, Jaime Jácome de la Guardia y Alberto Cabredo, expresaron sus testimonios y aportes en esta lucha, los cuales han sido recopilados por periodista, abogado y escritor, Rafael Pérez Jaramillo, en: Estados Unidos y Panamá. Neutralidad: tarea pendiente, presentada el 28 de noviembre, día en que se cumplió el bicentenario de la independencia de Panamá de España, una coincidencia simbólica, pero que también pretende tocar la conciencia de los panameños sobre una cuestión que parece olvidada, pero que es una gran tarea inconclusa.

La denuncia o derogación («denuncia» o «derogación») del Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá y sus instrumentos conexos, leídas las enmiendas y reservas y la presentación del caso ante la Corte Internacional de Justicia de La Hague, sería una opción de la República de Panamá para deshacerse de la espada de Damocles que representa su real soberanía e independencia del tratado mencionado con sus reservas y enmiendas, según Torrijos: “Estamos bajo la égida del Pentágono.

La búsqueda de la solidaridad para plantear la cuestión ante la comunidad internacional o una propuesta de renegociación en Estados Unidos podrían ser otras alternativas con las que Panamá tendría que deshacerse de la tutela ejercida por la primera potencia mundial a través del tratado de neutralidad. El tema es de interés nacional y por ello los ciudadanos estamos obligados a exigir que los que se presenten como candidatos en las elecciones de 2024 se pronuncien al respecto, aunque sabemos de antemano que ninguno de ellos querrá molestar al tío. Sam.

Los candidatos presidenciales y sus alianzas políticas se enfrentarían al dilema de elegir entre los intereses de Panamá o permanecer complacientes ante las imposiciones e intereses de Washington. Dependerá de estudiantes honestos, académicos, profesionales y políticos, grupos organizados y ciudadanos con sentimiento patriótico iniciar una nueva jornada de lucha para concluir una destacada tarea histórica que determina nuestro futuro en el concierto de naciones libres. El no hacerlo nos condenará a un vasallaje perpetuo que no sería aceptado ni perdonado por las generaciones futuras.

Comunicador social.

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