Pedir a los diputados actuales que instalen sesiones inactivas para cobrar indemnizaciones, que redacten acuerdos a oscuras en beneficio particular del pacto oficial, que juren como magistrados personas que no tengan las cualidades exigidas, o que legislen para debilitar la contabilidad. controles en el estado y lo más probable es que lo hagan rápidamente. Así actuaron en 20 meses, para lo cual recibieron la colaboración, a su vez, de supuestos opositores que se doblegan a su conveniencia.
Aislados, en un goteo, casi por accidente, lograron aprobar algunas de las leyes necesarias para el paquete de estímulo económico y para impulsar la competitividad nacional, pero así como no se puede arrancar un camión de tres ruedas, ellos ni pueden presumir. de haber hecho un gran aporte a la estructura productiva del país, ya que aún existen normativas que llevan mucho tiempo en suspenso, en discusiones inocuas o incluso a la espera de ser incluidas en una sesión plenaria que sirva de parche o táctica dilatoria cuando la situación lo hace necesario.
Esta situación no hace menos importante el llamado de la Cámara de Alimentos y Bebidas de Guatemala al Congreso para conocer, discutir seriamente y aprobar la ley de competencia, como un engranaje fundamental para poder crear mejores condiciones a fin de promover el surgimiento de nuevos mercados. actores, atrayendo inversiones que generen empleo y favorezcan a los consumidores con una mejor dinámica de oferta y demanda. En lugar de hablar de límites de precios o manipular las medidas de costos de los productos, el gobierno puede facilitar las condiciones para una competencia efectiva.
Por otro lado, es un compromiso vigente en el acuerdo de asociación con la Unión Europea. A escala de Centroamérica, Guatemala es el único país que no cuenta con regulaciones que eviten configuraciones monopólicas u oligopólicas, lo que claramente perjudica al país y a los consumidores y sin poder acceder a mejores propuestas de servicios y productos.
Hay una iniciativa en el Congreso que acaba de ser bloqueada. Uno de los temas más recientes y controvertidos ha sido la creación de una superintendencia para garantizar una competencia sana entre empresas. Según la misma Cámara, el Ministerio de Economía analiza la posible presentación de otra iniciativa que no contempla la creación de un organismo descentralizado, lo que considera inaceptable, porque dejaría la norma sin capacidad institucional coercitiva. Otra propuesta es devolver la iniciativa actual a la Comisión Económica, para una supuesta actualización y adecuación a las condiciones del mercado guatemalteco, lo que podría hacerse en plena discusión, como ha sucedido con otras normativas.
Frente a esta brecha se pesa la inexperiencia y falta de formación a nivel universitario de muchos legisladores, que no se dan cuenta de la importancia de dicha regulación, ni comprenden la necesidad de una nueva ley de infraestructura, una nueva ley de servicio civil, una nueva ley de autoridades portuarias, una nueva ley de comercio exterior, una nueva ley para la prevención y represión del blanqueo de capitales u otros activos. Pero pídales a muchos de ellos que hagan campaña temprano, organicen pequeñas supervisiones o repartan uniformes de fútbol con logotipos partidistas y lo harán con gusto, aunque sea ilegal.