Crónica del fraude electoral masivo (y premeditado) el 7 de noviembre
El 7 de noviembre, un plan premeditado del gobierno de Daniel Ortega concluyó para consumar su reelección, recurriendo a la criminalización de la democracia, por un lado, eliminando ilegítimamente a la oposición e intimidando a sus votantes, y por otro lado. , mediante la realización de un fraude electoral masivo.
El fraude electoral es el proceso de alterar los resultados de una elección a favor de la persona que cometió el adulterio. Esta acción se desarrolla en diferentes etapas y formas. En muchos casos, esto ocurre antes, durante y después del proceso de votación.
El Frente Sandinista realizó su fraude de manera descarada, primero falsificando las cuentas, segundo intimidando y forzando el voto, y tercero enmascarando la abstención, que convirtió en votos para Daniel Ortega.
Antes de las elecciones
Para poner sobre la mesa las cartas del triunfo electoral de Ortega, el CSE aumentó el padrón de personas con derecho a voto. Típicamente, un país no registra al 100% de su población elegible para votar (en Nicaragua cualquier persona mayor de 16 años puede votar) por diferentes motivos, uno de ellos es muerte, falta de documentos de identificación, falta de interés, entre otros. , incluida la intención del propio Estado de no registrar a una persona. Además de una total falta de transparencia y rendición de cuentas, el CSE, durante las dos últimas elecciones, nacional (2016) y municipal (2017), registró entre el 80 y el 90% de los votantes. Sin embargo, para el 2021 asegura haber registrado el 97% de la población con derecho a voto, alrededor de 4.5 millones de nicaragüenses (en otros medios, al reportar 4.7 millones, registraría al 115% de los elegibles para votar).
Este registro refleja un aumento de 600.000 personas con derecho a voto en cuatro años (2017-2021), mostrando una tasa de crecimiento anual del 3,5%, mientras que el crecimiento anual natural de la población mayor de 16 años fue del 1,3%. Esta diferencia de crecimiento numérico refleja una inflación artificial.
Cabe señalar que la popularidad y el apoyo a Daniel Ortega ya había disminuido significativamente. Las encuestas de CID-Gallup y Borge y Asociados mostraron un paulatino descenso en la preferencia de Daniel Ortega (menos de 500.000 votantes para este año). Sin embargo, la consultora M&R amigable con el gobierno tuvo una popularidad del 68%.
FUENTE: Encuestas de Borge y Asociados (2014, 2019, 2020); NOS 4/2021; CID Gallup 10/2021
Durante la elección
Informes de Urnas Abiertas, e incluso compañeros electorales progubernamentales, confirmaron la ausencia de una presencia electoral continua y masiva el día de las elecciones en las Oficinas de Recepción de Boletas. La información accesible y visible para la población se ve reforzada por las denuncias de empleados públicos constreñidos, otros intimidados por represalias por no haber ido a votar, en silencio general, con excepción de la agitación provocada por los partidarios del gobierno.
Después de la votación
El CSE publica su primera valoración ocho horas después del cierre de la JRV, alrededor de las 2.15 horas del lunes 8 de noviembre, dando al FSLN una victoria de más del 74%, y confirmando con su segunda valoración una victoria del 75% para Daniel Ortega.
Cabe señalar que dos indicadores de elecciones democráticas típicamente muestran una competitividad que resulta en una brecha mínima entre los dos contendientes (generalmente menos del 7% de brecha entre los dos candidatos principales), y las victorias rara vez superan el 60% de los votos. .
Los informes preliminares de CSE muestran más pruebas de fraude.
En primer lugar, el informe Unas Abiertas contrasta con el del CSE en cuanto a la importancia de la abstención. El primero indica que participó el 19,5% (828,492) y el CSE que participó el 64% (2,860,559). La diferencia entre las dos cifras supera los dos millones.
Dados los datos oficiales, en un país golpeado por tres crisis distintas (económica, pandémica y política), la victoria de Ortega con dos millones de votos implicaría que ha acumulado más de 300.000 votos a cinco años de las últimas elecciones.
Si bien las encuestas han mostrado descontento con el gobierno, indicando que es un mal gobierno, descontento con el encarcelamiento de líderes de la oposición, con la mala gestión de la pandemia, la popularidad de Ortega no había aumentado sino que había bajado dramáticamente. Este contraste también es verificable con las Urnas Abiertas y las observaciones generales de la población.
En segundo lugar, es importante señalar que el interés de otros partidos colaboracionistas en el ya viciado proceso electoral carecía de popularidad, incluido el PLC, que durante este período no obtuvo más del 5% de popularidad en las encuestas de 2020 y 2021.
Todo esto indica que el CSE ocultó el verdadero número de votos nulos y abstenciones para distorsionar el voto a favor de Daniel Ortega.
En tercer lugar, el número de votos reportados a favor de Ortega está fuera de las encuestas nacionales (que oscilaron entre 500.000 y no más de 1,2 millones) y del sentimiento popular. El CSE sumó a Daniel Ortega cerca de tres cuartos de millón de votos adicionales que se obtienen de la abstención y posiblemente del voto nulo.
Utilizando datos de la abstención de Open Urns y produciendo una mediana con datos del CSE y Open Urns, se muestra que el voto a favor de Ortega no supera los 1,4 millones, monto similar a las elecciones municipales de 2017 e inferior al de elección presidencial de 2016.
Pero ese era realmente su límite electoral.
La segunda etapa del fraude no es solo falsificar la abstención por al menos un millón de votos, sino atribuir toda la aritmética a Daniel Ortega.
El espíritu democrático nicaragüense prevalecía siempre que la gente se quedaba en casa. Los nicaragüenses votaron con los pies, con más de 100.000 personas saliendo del país (más de las tres cuartas partes de las cuales tienen más de 16 años), y la mayoría está convencida de que no están jugando el juego del régimen.
El comunicado de la comunidad internacional es un respaldo al sentimiento democrático de los nicaragüenses y su derecho a elecciones justas y libres, lo que no sucedió el 7 de noviembre de 2021.
Fuente: datos electorales reportados en: https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Nicaragua_de_2006
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Nicaragua_de_2011
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Nicaragua_de_2016
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Nicaragua_de_2021
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