Hace cincuenta años se publicó Las venas abiertas de América Latina (1971), uno de los ensayos más influyentes de la izquierda latinoamericana durante la Guerra Fría. El texto se terminó de redactar en Montevideo a fines de 1970, por lo que es estrictamente contemporáneo de otro ensayo con el que se disputa la formación ideológica y emocional de varias generaciones de universitarios y guerrilleros: monstruo (1981) de Roberto Fernández Retamar.
Galeano dijo una vez que presentó su libro al concurso Casa de las Américas, en el género de ensayo, pero “perdió”. «Según el jurado, el libro no era serio», dijo Galeano, recordando luego que Casa de las Américas fue una de las primeras editoriales en aceptarlo. El jurado de este año (José Luciano Franco, Augusto Salazar Bondy y Jaime Mejía) entregó el premio a Manuel Espinoza por Política económica de Estados Unidos hacia América Latina (1971), pero le otorgó a Galeano una mención honorífica. Unos años después, el escritor uruguayo será premiado en el género testimonial, por su libro Días y noches de amor y guerra (1978).
Es inevitable recordar que justo cuando Galeano presentaba su manuscrito a la competencia, el caso de Heberto Padilla, el poeta cubano encarcelado y obligado a hacer una confesión pública, estalló, y las polémicas culturales de la Guerra Fría latina. -American rabió. Galeano, como se sabe, fue uno de los escritores de la región que no se alejó de la isla después de 1971. Fue, de hecho, junto a su compatriota Mario Benedetti, uno de los escritores más fieles a Fidel Castro y al socialismo cubano. . .
Sin embargo, el libro de Galeano fue escrito en los meses anteriores, no solo sobre el caso Padilla, sino sobre la reorientación de la política cultural cubana a favor del modelo soviético, lo cual se verificó en el primer Congreso Nacional de Educación y Cultura en 1971. Paradójicamente , Venas abiertas, escrito en el limbo de dos etapas precisas del poder cubano, contenía una defensa de la Revolución que no partía del marxismo-leninismo soviético, apoyado en la nueva burocracia ideológica, ni del americanismo cultural que defendía Fernández Retamar en monstruo.
¿Quién es el historiador cubano Galeano más citado en Venas abiertas? Sin duda Manuel Moreno Fraginals, un marxista heterodoxo que no suscribía el nacionalismo republicano ni católico, fuertemente ligado al culto a los héroes del siglo XIX. Moreno, como Raúl Cepero Bonilla y Walterio Carbonell, fue un marxista que no estaba de acuerdo con los discursos espiritualistas de la identidad nacional.
¿A quién más citó? Además de Fernando Ortiz, quien al igual que Moreno, sirvió para describir los efectos de la azucarera esclava sobre la deforestación de la isla, dos autores que, a fines de 1970, habían sido clasificados como enemigos por el gobierno cubano: el francés René Dumont. y la polaca KS Karol. Junto a estos, otro referente fue el ensayo Huracán en el azúcar (1960) de Jean Paul Sartre, quien pronto será agregado a la lista de «intelectuales pequeñoburgueses, revisionistas y pseudoizquierdistas» que Fidel Castro ataca públicamente en 1971.
¿Cómo presentó Galeano la Revolución Cubana? La tesis central, construida desde el pensamiento marxista y estructuralista de la izquierda de la CEPAL y la Teoría de la Dependencia (Sergio Bagú, André Gunder Frank, Celso Furtado, Fernando Henrique Cardoso …), fue que la subordinación de América Latina, cuando se llega a la exportación de materias primas, está provocando subdesarrollo.
Más cerca de Sartre que de Ortiz o Moreno, Galeano argumentó que en la década de 1950 Cuba era una colonia azucarera de Estados Unidos. Los campesinos de la Sierra Maestra, que se unieron a la guerrilla, eran trabajadores azucareros que se rebelaron contra los latifundistas y el imperialismo yanqui. Hoy, la historiografía académica rechaza esta interpretación.
* Artículo publicado originalmente en La razón.