Daño moral a la sociedad causado por ataques a la prensa – Prensa Libre
Es innecesario, porque es obvio, creído y conocido, hablar de la decisión del actual gobierno y dictador Giammattei y sus secuaces políticos y muchos sectores de hacer todo lo posible, ilegalmente, para silenciar las incómodas voces disidentes de su pueblo. . Y es un hecho. La empresa, representada en sus mejores instituciones, debe por tanto darse cuenta de ello, salir del silencio cómplice y, sobre todo, ver cómo darse cuenta de que es la siguiente en la lista. La prensa, especialmente la escrita, es rechazada porque posee dos elementos ausentes del gobierno: la credibilidad y la presencia para siempre en la historia, cuando sus años de borrachera terminan para creerse – y ser – superior a la ley. y colapsan como lo hicieron. sucedió con todos los regímenes totalitarios.
La lucha contra esta libertad de expresión ciudadana se centra actualmente en elPeriódico y su presidente, José Rubén Zamora. Las personas miopes se regocijan, e incluso contribuyen, a las represalias contra los mensajes considerados maliciosos, mentirosos o corruptos. Como cualquier institución humana, la prensa no está libre de errores e incluso de desequilibrio informativo, pero estas son excepciones, no la regla. Su pensamiento oficial reside en los editoriales y, en cuanto a las opiniones de los columnistas, reflejan los pensamientos individuales y por tanto subjetivos de quienes escriben y, al hacerlo, se enfrentan a la cobardía de las respuestas netcéntricas anónimas. Cuando se silencia a la prensa independiente, la sociedad se encuentra sin una última línea de defensa y por tanto hay que buscar la unión ciudadana frente a un enemigo común.
Los políticos solo aceptan la prensa independiente si cumple con los criterios oficiales. Siempre ha sido difícil, pero actualmente es imposible. Hay mega-corrupción, pero hoy la lepra corrupta se ha extendido a todos los niveles de la administración pública y las víctimas son ciudadanos en todos los niveles. Social y económico. El video de dos policías municipales exigiendo dinero a dos pulidores de diez años es el ejemplo más desgarrador de los efectos de la corrupción desde arriba. Ambos sacaron boletos doblados de sus bolsas y se los entregaron a un oficial, quien los guardó en el bolsillo y continuó caminando. Los medios de comunicación no pueden permanecer callados ante esta repugnante infamia, que refleja la situación del país.
Las protestas en defensa de la libertad de expresión deben generalizarse. Si los hacen solo grupos comprometidos ideológicamente o desconocidos para el público, tienen un efecto contraproducente. Quienes sostienen diferentes puntos de vista ideológicos se equivocan al guardar un silencio cómplice. Frente a la guerra ya declarada por el gobierno contra esta libertad, la de prensa y de expresión por medios electrónicos periodísticos, es suicida si no se forma una unidad de criterio en medio de las diferencias, entre quienes las ejercen sin tener intenciones ocultas de cualquier tipo, como los infiltrados o los autoproclamados miembros de esta profesión tan diversa como el ser humano.
ElPeriódico y José Rubén Zamora mantienen desde hace años una posición controvertida y por eso son un periodista controvertido. Para él, como para cualquier colega, siento una mezcla a veces de admiración, a veces de sorpresa y a veces de crítica. No sé si está librando una batalla ya perdida por la terrible calidad humana de quienes lo atacan. Es mi colega, como lo son y han sido casi todos sus compañeros periodistas a lo largo de este cuarto de siglo en la vida de esta institución periodística, sumados a otros en el país, algunos por muchas décadas. Alzo mi voz individual y me uno a los que rechazan esta decisión dictatorial del gobierno. El lugar en la historia de este periódico y de su fundador ya está asegurado, pero aún puede ser de gran utilidad en Guatemala.