De aquellos tiempos y otros malvados

De aquellos tiempos y otros malvados

Medir el tiempo que pasa durante el día es lo más fácil, porque solo un reloj de cualquier marca y forma es suficiente, pero … Cómo medir lo que nos pasa durante el tiempo que pasamos en este paraíso terrenal, sin Evas, sin Adams sin manzanas, pero con muchas serpientes?

Esto también tiene una respuesta fácil, porque sabemos medir el tiempo de vida desde el momento en que nacemos, con cualquier calendario anual, aunque no sea el calendario de la farmacia favorita.

Para medir los cambios experimentados en el rostro a lo largo del tiempo, está el espejo; ya quien no le gusta ver los cambios en su fachada, que no tiene espejo, y si lo tiene, que no le da su mirada … mejor que le dé el espejo.

II

¿Cómo medir el tiempo de la dictadura? Sabemos que desde el surgimiento de Nicaragua ha conocido períodos de crisis políticas, que nunca se han resuelto mediante elecciones; menos con las elecciones que tenemos a la vista, porque los aspirantes políticos se pierden de vista incluso para sus familias, porque están secuestrados …

Observa cómo la crisis se ha agravado desde hace un tiempo, sin necesidad de instrumentos para medir este tiempo -ni arena ni electrónica- sino que nos ayuden a leer eventos, pero sin leer nada excepto 19 Comunicados de prensa digitales y oficiales, porque sería un desperdicio del tiempo, además de obligarnos a ver la realidad en tiempos muertos, o como si viviéramos en otros tiempos y otros lugares.

III

Recuerdo un libro escrito por una octava parte de los autores, que mide las arrugas que durante su tiempo la dictadura hizo en la faz del país; Ellos son: Edmundo Jarquín, coautor y coordinador, Elvira Cuadra, Julio Icaza, José Antonio Peraza (ahora secuestrado), Uriel Molina, Guillermo Rothschuh Villanueva y Enrique Sáenz.

El libro se tituló: El régimen de Ortega … ¿una nueva dictadura familiar en el continente?

Aunque la pregunta es atemporal, porque hace siete años salió de la prensa, antes del fraude de 2016, cuando la dictadura de la familia Ortega ya era una vieja realidad en este continente.

La pregunta en el momento equivocado no es qué es lo importante, sino el libro, que mide este tiempo invertido en ocho capítulos: Construcción democrática inversa y pervertida (Jarquin); Fin del estado de derecho: principales reformas constitucionales (Icaza); El nuevo liderazgo militar (Bloquear); Manifestación y represión: el monopolio de la violencia (Pinar); Sedes de libertad de expresión (Rothschuv); Gestión económica: ¿un desperdicio de oportunidades? (Sáenz).

Mundo Jarquín, refiriéndose en su presentación a la sede de la dictadura contra el periodismo, recordó lo que dijo Rothschuh:

«El problema de fondo de la libertad de expresión sigue siendo la creencia de que, como en Nicaragua no hay periodistas detenidos y los medios de comunicación no han sido ocupados manu militari, esta libertad se está ejerciendo sin trabas». (página 13).

Además, Rothschuh creía que Ortega estaría feliz con su puesto de periodismo que ejercía en ese momento, porque … «La combinación de la licencia de Telcor y la compra de medios es más eficiente y menos costosa » (página 199).

Es evidente que esta opinión reflejó otra época; ahora, el mal tiempo que nos trae la dictadura siete años después, todos manu militari … ¡Es acoso, secuestros de periodistas, encarcelamiento de directores de bancos y periódicos, cierres ilegales y expropiaciones de medios, y obstáculos ilimitados al ejercicio de la libertad de expresión!

La libertad de expresión no se limita a la libertad de prensa; Algunos ejemplos de la libertad de expresión de las personas fueron las marchas cívicas de abril de 2018, también reprimidas por la dictadura, matando a cientos, provocando miles de heridos, secuestrando y expulsando a más de 100.000 nicaragüenses, lo que equivale a decir, perseguidos que se exiliaron para escapar de su país. embragues.

IV

Los últimos atropellos del movimiento Ortega ya no pudieron ser analizados por los autores, pero ninguno de los anteriores les sucedió de noche, porque en su libro están mejor definidas las huellas de la dictadura que los pies huyendo de nuestros antepasados ​​en las Huellas. d ‘Acahualinca.

Los autores han hecho un análisis de una realidad concreta, no una predicción, pero ofrecen una visión del rumbo que indudablemente llevaría a los dictadores a convertir las arrugas faciales democráticas del país en profundas heridas a la libertad de expresión y otras libertades.

Sus autores han hecho de este libro una magnífica colección de 25 años de historia nicaragüense (1991-2016), y definen la esencia del ejercicio de esta dictadura, como … «La judicialización de la política y la politización de la justicia ”.

V

Hubo un tiempo, un tiempo transcurrido, desde hace quinientos años no son infrecuentes, cuando nuestros antepasados ​​recibieron una visita inesperada de la Europa medieval, que, en poco tiempo, se convirtió en una cultura saqueadora, sangrienta y devastadora.

Parece fuera de tiempo cuestionar si esta visita fue recompensada o no con el intercambio de una cultura elemental por otra cultura más avanzada; pero, al parecer, con el cambio de cultura forzado … perdimos y ganamos al mismo tiempo, aunque no hubo consenso al respecto, a pesar del tiempo que ha pasado (y, si me disculpan por esta herejía cultural: no es necesario para empezar a discutirlo ahora).

Las expresiones culturales e ideológicas de los visitantes siguen siendo relevantes hoy en día, causando confusión, por decir lo mínimo. Creo que hay mucha caña que moler a tiempo para lograr el consenso entre los que nacemos de este lado del mundo que llaman América (Un paréntesis más: otros nacidos más al norte, hasta ese nombre ha sido apropiado).

Para no perder más tiempo, aclararé a qué me refiero: que una de las influencias ideológicas extrañas, no solicitadas, pero impuestas, es la religión de los visitantes, que con sus espadas han logrado abrir las puertas de este casa extranjera., apoderarse de la conciencia de sus dueños e imponer su dominación colonial.

VISTO

¿Qué puede importar ahora?

A mí, por lo que quiero señalar: durante trescientos años de malas épocas coloniales y los doscientos años de independencia que no trajeron tan buenos tiempos (a veces empeoran en lugar de mejorar): hay quienes se han dedicado a cambiarlo todo en busca de mejores tiempos, pero viven una de las peores contradicciones: utilizan las armas ideológicas del adversario.

Hubo un tiempo en que los liberales “rompe cielos” (anti religiosos extremistas) dedicaron mucho tiempo en discus y en negar las divinidades de la religión, pero sin poner mucha atención a las estructuras económicas del sistema social conservador imperante, apoyado en y por la por religión.

Posteriormente, revolucionarios con razonamiento filosófico-ideológico opuesto a la religión la vieron por lo que era: un aliado de los detentadores del poder y del sistema social conservador; pero ponen más énfasis en cambiar las estructuras del sistema y transformar el orden social que en la cuestión religiosa.

Con el tiempo, se han producido cambios fundamentales en el comportamiento de los religiosos frente al poder y el sistema social dominante, incluso luchando por la justicia social; ciertamente, divergiendo de aquellos que tienen un sentido utilitario del mensaje religioso para fortalecer su poder político y económico dentro de su sistema.

VII

Posteriormente, y no hace tanto tiempo, aparecieron jefes de Estado (Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Rosario Murillo, entre otros), quienes -por un lado- se proclaman abanderados anticolonialistas, antioligárquicos (y anti etcétera, etcétera).

Por otro lado, y en total contradicción con su discurso político anticolonialista: se persignan y besan la cruz en público, rezan las mismas oraciones a las mismas deidades, adoran las mismas imágenes religiosas, practican los mismos ritos religiosos… con los que los colonialistas dominaron a nuestros antepasados ​​y, en cierto modo, ¡todavía dominan la conciencia de muchas personas hoy!

¿Cómo llamarlo?

¿La madre de las contradicciones?

¿Oportunidad político-religiosa?

¿Manipulación de la conciencia de sus partidarios?

¿Hipocresía política?

¿Simple confusión?

¿Quizás una inconsistencia ideológica?

Ofrezca las respuestas que desee; me voy…

Fuera de estas páginas

* Algunos se autoproclaman «socialistas del siglo XXI» … y con la religión buscan el mismo objetivo que los colonialistas del siglo XVI: conquistar conciencias …

* Y, a pesar de los cambios sociales y culturales que se han producido a lo largo del tiempo, utilizan valores religiosos distintos de la ideología revolucionaria …

* Lo que parece más atrasado es que, como los conquistadores de tiempos pasados, manipulan con el «demonio» …

* Los conquistadores de aquellos tiempos lejanos amenazaban con el «diablo» a los que resistían dándoles sus gallinas y hasta sus almas …

* El Ortega Murillo, quiere conquistar la dirección religiosa ante la ausencia de una dirección ideológica revolucionaria, calificando a los sacerdotes católicos de «hijo del diablo» …

* Creo que si existiera tal «demonio» … ¡lo harían trabajar en las celdas de Chipote!

* También acusan a ciertos líderes políticos extranjeros de ser «hijos del diablo» … ¡porque critican sus diabólicas medidas políticas!