Congreso incapaz de modernizar legislación - Prensa Libre

Debemos agilizar y aclarar voluntades – Prensa Libre

Un decreto que tuvo que ser aprobado o rechazado en tres días ya llega a 10 en una burocracia por la demora en su envío por parte del ejecutivo y la polémica en el Congreso, que no logró endosarlo ni desactivarlo, en medio de una quizás pre Lucha electoral que se desarrolla en un campo de batalla contra una pandemia cuyas nuevas cepas están cavando nuevas fosas, ocupando más camas y planteando nuevos desafíos a las Autoridades Sanitarias.

Las cláusulas sospechosas de intentar limitar la libertad de expresión están provocando un ruido innecesario en un decreto que debería apuntar simplemente a un mejor control de la capacidad, la toma de decisiones epidemiológicas y el uso eficiente de los recursos públicos en la atención hospitalaria y preventiva. Aunque también está en juego la economía, la salud de la población es el bien más amenazado, y sin él el primero no tiene destino.

La Corte Constitucional ordenó al Congreso escuchar el estado de Calamity para tomar cualquier decisión que obtenga una mayoría de 81 votos. Tal juicio es para unos un exceso y para otros un medio de avanzar en la certeza del marco legal en el que se desarrolla la gestión de la pandemia. Es evidente que este estado de emergencia debe permitir el rápido establecimiento de medios destinados a proporcionar insumos, medicamentos, equipos y vacunas a la población que los necesita y necesita. Cualquier uso discrecional de recursos o manipulación para realizar compras más allá de la emergencia que conduce a la Calamidad debe estar estrictamente prohibido, si se obtiene la aprobación legislativa, lo que puede resultar en cambios a la Orden Ejecutiva.

A la hora de agilizar y esclarecer testamentos, se dirige directamente a todos los funcionarios y diputados implicados para posibilitar una mejora concreta en la atención al paciente y la prevención de nuevos casos. La vacunación pretende ser la forma más clara de salvar vidas, de prevenir el agravamiento de los casos y las posibles muertes, pero debe incrementarse por todos los medios posibles con la celeridad necesaria. Los opositores políticos deben dejar de lastrar para dedicarse efectivamente a supervisar, con datos y hechos, la gestión del Ejecutivo, pero no para detenerla con ausencias o estrategias dilatorias. Por su parte, el Gobierno debe mostrar, más que nunca, su voluntad de corregir los errores, deficiencias y agravios que siguen provocando indignas y numerosas multitudes en busca de una vacuna, cuando hay cientos de miles disponibles.

Por su parte, la población también puede concretar su deseo de no convertirse en víctima de un virus cuya agresividad y peligro no han pasado. Sin caer en suspensiones perjudiciales de actividades o restricciones que puedan derivar en una mayor pérdida de puestos de trabajo, oportunidades e ingresos, es necesario adoptar una actitud responsable a nivel personal, familiar y comunitario. Si bien la vacunación es un acto gratuito de protección frente a una amenaza, es necesario fomentar la vacunación, difundir una comunicación clara sobre sus ventajas y la relativa minoría de sus desventajas colaterales, con datos y evidencias que combatan los riesgos.

Salud no tiene proyecciones muy alentadoras para las próximas semanas, si continúa la tendencia actual de contagios, pero le toca a la ciudadanía y a los funcionarios públicos cooperar para que no se materialicen.