Digitalización, clave para la inclusión financiera
| «[…] En panamá […], alrededor del 50% de los ciudadanos todavía usa efectivo para realizar compras, pagar los servicios públicos y realizar diversas transacciones ”
En América Latina, la tecnología nunca ha tenido un papel tan importante y transformador como el año pasado. Día tras día, los procesos acelerados de digitalización han sido y siguen siendo el principal catalizador del cambio en la forma en que nuestras sociedades se comunican, desarrollan sus negocios, trabajan y compran productos.
Las organizaciones públicas y privadas se han esforzado por aprovechar esta ola de digitalización. Diversos gobiernos y empresas han puesto en marcha mecanismos para aprovechar las nuevas tecnologías y convertirlas así en un vehículo para ofrecer a los usuarios y consumidores productos cada vez más adaptados a sus necesidades cambiantes.
En esta ardua tarea, el sistema financiero de la región ha seguido su ejemplo. Los avanzados procesos de transformación digital de sus instituciones le han permitido adaptarse paulatinamente a las nuevas exigencias de un mercado que ha demostrado que la rapidez y la eficiencia son fundamentales en el desarrollo de los canales digitales para captar nuevos clientes, digitalizarlos e incluirlos en el sector financiero. sistema.
Dentro de la región, Panamá y sus entidades financieras son un ejemplo importante de esta transformación. Así lo demuestra el Índice de Inclusión Financiera (IIF), un estudio impulsado por el grupo Credicorp (Perú) y desarrollado por Ipsos, con el objetivo de medir el uso, acceso y calidad percibida de los servicios financieros tanto en Panamá como en la región.
Este estudio, que incluye 1.200 encuestas a ciudadanos panameños y medidas similares en México, Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia y Perú, muestra los importantes avances en digitalización realizados por Panamá. Así, el IIR refleja, por ejemplo, el creciente uso de billeteras móviles y aplicaciones móviles de las instituciones financieras, que ya alcanzan respectivamente al 62% y 67% de la población panameña.
En un entorno como el dejado por la pandemia COVID-19, marcado por usuarios que buscarán cada vez más prescindir del efectivo, el uso de estas herramientas digitales jugará un papel preponderante en la construcción y crecimiento de ecosistemas de pago. Y aquí es donde nuestros países aún presentan oportunidades de mejora.
Prueba de ello es que incluso en Panamá, el país con el mayor avance en la digitalización de la banca con registro IIR, alrededor del 50% de los ciudadanos aún utiliza efectivo para realizar compras, pagar servicios públicos y realizar distintas transacciones. Y es precisamente para aquellas personas para quienes la tecnología y los canales digitales tienen el poder de convertirse en la puerta de entrada al círculo virtuoso del sistema financiero. Un sistema que, gracias al acceso a diversos servicios y productos, les permita mejorar su potencial de ingresos, realizar nuevos mecanismos de ahorro, promover el desarrollo de sus negocios y mejorar la gestión de sus riesgos financieros, entre otros beneficios.
Promover este primer paso es un gran desafío para las instituciones financieras. Hoy tienen la oportunidad de convertir la creciente digitalización que muestran usuarios como los panameños en un poderoso motor de inclusión financiera.
Y, en esta tarea, la mejora global de la experiencia del usuario y la extensión de sus ventajas al mayor número de ciudadanos serán pilares fundamentales tanto en presencia como en virtualidad. Todo ello con el fin de seguir impulsando nuestras economías e incluir cada vez a más personas en el trámite imprescindible.
Abogado y comunicador.