El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

El rudo espectáculo «electoral» de Ortega – Prensa Libre

Ayer, al final de esta columna, no sabíamos, porque era una curiosidad digital anecdótica, cuántos votos otorgó el «tribunal electoral» nicaragüense al equipo dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo, admirado por Giammattei, en la simulación. Y esto se debe a que el término significa «idea formada a partir de fantasía, ficción, imitación, falsificación». La burla comenzó cuando potenciales candidatos con posibilidades comenzaron a ser perseguidos, encarcelados y acusados ​​de traición gracias a una ley espuria y engañosa de agosto de 2020, que coloca a Cristiana Chamorro bajo arresto domiciliario y Sergio Ramírez Mercado, exvicepresidente del primer mandato sandinista, en el exilio. Los demás contendientes, a sabiendas o no, representaron el «zancudismo», para chupar la sangre del pueblo gracias al Ortega-Murillos.

La descarada consolidación de la dictadura de Ortega, que comenzó con la conspiración de 2002 con el entonces presidente Arnoldo Alemán, es ciertamente una traición. Este será el cuarto período de los Ortega-Murillos, quienes confían en el apoyo continuado, ya sea directo, por abstención de condena o por «no injerencia en los asuntos internos» de Guatemala, Cuba, Venezuela y ahora Bolivia., Perú y Argentina. , gobernado por partidarios abiertos u ocultos de esta monstruosidad social, política y económica llamada «socialismo del siglo XXI». Estos países, sin duda, se apresurarán a reconocer los resultados y quizás a elogiar la forma en que se colocó la lápida en la tumba donde yacen para siempre las ilusiones que surgieron con el fin del somocismo.

Estados Unidos ya hizo realidad la llamada Ley Reborn, por la cual Nicaragua quedaría excluida de los beneficios del Cafta (Tratado de Libre Comercio entre CA y Estados Unidos), que afectará particularmente a los sectores socioeconómicos. pobre economico. Es un enfrentamiento brutal y directo de Ortega contra la comunidad internacional, como la OEA y la ONU. La incapacidad de estos órganos para denunciar esta farsa electoral o en todo caso su silencio e inacción los colocará en una posición indefendible para cumplir con su obligación, voluntariamente aceptada, de defender la democracia o al menos de influir para no otorgar estos cínicos a Ortega. y acciones ilegales una carta de presentación para perpetuarse en el poder a partir de la sangre de la corrupción y el ansia enfermiza de poder.

El simulacro se llevó a cabo sin prensa ni observadores internacionales, aunque la ausencia de estos no es relevante, por parte de los candidatos y otros opositores encarcelados, amenazados o autoexiliados. Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios, quien derrotó a Ortega en las elecciones que pusieron fin a su primer mandato, fue una de las muchas opciones neutralizadas. Lo ocurrido afecta a todos los sectores de Centroamérica y por ello sus representantes -en sus diversos campos- no tienen otra alternativa: deben denunciar esta farsa electoral, que golpeará la economía y conducirá a la desunión del istmo, donde ya hay indicios de dictaduras emergentes en Guatemala, Honduras y El Salvador.

Conocer el futuro inmediato es imperativo. La democracia política vacila más que nunca en el istmo, y la democracia económica seguirá poco después. El caleidoscopio de los problemas de la región es cada vez más complicado y la dificultad de resolverlos aumenta con movimientos que pueden resultar insignificantes para algunos, especialmente aquellos que ven solo sus intereses, desconectados de la realidad del resto de la población. Al consolidar al pie de la letra esta burla del concepto de elección y democracia, las próximas elecciones en Guatemala, con veinte o más «partidos», serán una farsa similar. El silencio de cualquier grupo socio-económico-político guatemalteco los convertirá en cómplices vergonzosos por omisión.


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