Elecciones, entre el abstencionismo y el «arrastre» de activistas
Elecciones generales en Nicaragua se caracterizaron por una baja participación Porque, para muchos, el resultado está determinado de antemano: Daniel Ortega obtendría su cuarto mandato consecutivo y el segundo junto a su esposa, la vicepresidenta y portavoz del régimen, Rosario Murillo.
El camino hacia la reelección de Ortega y Murillo se trazó tras la detención de siete candidatos presidenciales de la oposición, que se anunciaban como sus principales rivales y que podían actuar como contrapeso. Sin competencia electoral, la sesión de este domingo se centró en otras dos áreas: el nivel de participación y la legitimidad que tendría Ortega, después de que la comunidad internacional y las organizaciones nacionales calificaran las elecciones de “farsa”, “fraude” o “circo”.
Informes de ciudadanos y organizaciones de oposición registraron que la afluencia de personas pobres se había repetido en Managua y el resto de departamentos del país. Donde la población no salió a votar. CONFIDENCIAL También verificó la baja participación a través de varios recorridos por la capital, informando desde los territorios de periodistas y ciudadanos aliados, y observadores voluntarios independientes.
Para contrarrestar la baja participación electoral, el FSLN llamó a los agentes estatales y activistas del régimen a trabajar como «movilizadores» para «asegurar el voto sandinista».
Desde las pasadas elecciones, el orden ha sido el mismo: “el activismo debe ser el primero en votar”; Sin embargo, ese día escasearon los votantes y los movilizadores del Frente Sandinista utilizaron sus listas.
Petrona Lezama es sandinista y «movilizadora» como ella misma se llama. Su trabajo era, en sus propias palabras, «llevar» a los votantes a los currículos para amortiguar la mala decisión que tuvo el gobierno. Fue asignada al centro de votación establecido en la sede del Distrito II de la Alcaldía de Managua, en la colonia Edgar Lang. En el momento de la entrevista, dijo que había llevado a votar a 37 personas, la mayoría de ellos ancianos.

En otros colegios electorales, los «movilizadores» Utilizan camionetas estatales o autobuses de transporte público para transportar a los votantes o movilizar refuerzos sandinistas para controlar el acceso a las JRV.

Medios independientes sin acreditación
Dentro de los comités de recepción de votaciones (JRV), se prohibió el uso de teléfonos celulares; sin embargo, los activistas del FSLN se tomaron «selfies» para mostrar su dedo manchado como prueba de que habían ido a votar.

El Consejo Supremo Electoral no aprobó la emisión de credenciales a los medios independientes nicaragüenses ni a la prensa internacional; Sin embargo, acreditó a 600 periodistas progubernamentales, incluidos 40 periodistas extranjeros de medios de comunicación de países aliados al gobierno.

Se restringió el acceso a las JRV para los medios independientes en Nicaragua; la única posibilidad que tenían de apelar era cuando se presentaban a votar candidatos de los «partidos sobre pilotes», aunque cuando Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucional (PLC), le negaba el acceso a su centro de votación.

Desde las 5 de la tarde del domingo, la Policía Nacional bloqueó el paso de dos carriles de la Plaza de las Victorias, en Managua, allí instalaron un escenario para celebrar el «triunfo» del frente sandinista.
