Emma Seppälä reflexiona sobre cómo evitar decisiones precipitadas

Actualmente hay muchas investigaciones sobre la neurociencia de la meditación, que demuestran que mejora la autoconciencia, la regulación de las emociones, el autocontrol y muchas otras cosas. La mayoría de las personas, si son honestas consigo mismas, adoptan algún tipo de hábito de afrontamiento cuando se sienten estresadas o deprimidas. Piense en la comida, el alcohol, el doomscrolling, el entretenimiento, las compras e incluso el exceso de trabajo y ejercicio. La mayoría de los adultos nunca han recibido educación formal sobre cómo gestionar las emociones negativas.

La adicción no se trata sólo del uso de sustancias. Se trata de intentar evitar un sentimiento. Se trata de intentar escapar. Sabes que no es bueno para ti, pero lo haces de todos modos porque no te gusta el estado actual en el que te encuentras, ya sea sintiendo dolor, pena, pérdida o vergüenza.

¿Por qué? Porque tu compulsión en ese momento es más fuerte que tu conciencia. Piensas a corto plazo porque las áreas primitivas de tu cerebro secuestran tu capacidad para discernir y darte cuenta de lo que es bueno para ti en general. Estás muy concentrado en aliviar lo que sea que estés experimentando y eres impulsivo para cambiarlo.

Este secuestro se produce porque las partes del cerebro que sirven para la toma de decisiones y el autocontrol (como la corteza prefrontal) a menudo no funcionan correctamente en el calor del momento. Esto permite que las áreas cerebrales más antiguas que compartimos con nuestros ancestros evolutivos (como los roedores) gobiernen la mente. Estas áreas, como la amígdala, dan señales rápidas y crudas sobre posibles amenazas y recompensas. Son importantes para nuestra supervivencia inmediata, pero pueden tomar malas decisiones sin que la corteza prefrontal nos dé una idea más holística de lo que es bueno para nosotros a largo plazo.

Las investigaciones muestran que cuando meditas, fortaleces esta vía neuronal hacia la autoconciencia. Desarrollas tu capacidad para tomar conciencia de tus propias emociones y, por tanto, de controlarlas, sin caer en conductas compulsivas. La meditación, al cultivar la autoconciencia, permite dar un paso atrás y así adquirir naturalmente el autocontrol.