España recuerda a Nicaragua sus compromisos en materia de derechos humanos
La Embajada de España en Managua recordó al gobierno de Nicaragua su obligación de respetar sus compromisos de derechos humanos y subrayó el apego de España a la democracia nicaragüense.
“En este año electoral en Nicaragua, es necesario subrayar el compromiso de España con la democracia y los derechos humanos de los nicaragüenses y que han llevado al gobierno español a expresar su preocupación en diversas declaraciones y declaraciones”, dijo el encargado de negocios. de la Embajada de España en Managua, Jaime Ramos Schlingmann, en un mensaje con motivo del Día de la Herencia Hispana.
El diplomático recordó al «gobierno nicaragüense su obligación de cumplir con los compromisos internacionales de derechos humanos y sus propios preceptos constitucionales, garantizando los derechos de todos los ciudadanos».
Durante la votación del 7 de noviembre, Daniel Ortega busca la reelección por tercera vez consecutiva. Para asegurar este objetivo, encarceló a 37 líderes de la oposición, incluidos los candidatos presidenciales Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaure.
Otros dos políticos de la oposición que han anunciado su intención de postularse a la jefatura de Estado, María Asunción Moreno y el exlíder de la “Contra” Luis Fley, han huido al exilio por motivos de seguridad.
Una propuesta de «diálogo» a medida
En tanto, el diputado sandinista Walmaro Gutiérrez dijo que el régimen de Ortega está abierto a un «gran diálogo nacional» luego de ganar las elecciones del 7 de noviembre. Un proceso en el que dijo «todos se adaptarán», pero unos minutos después descartó la oposición organizada tras las masivas protestas de 2018, que fueron parte del primer «diálogo nacional» impulsado por la Conferencia Episcopal Nicaragüense en mayo de 2018.
“Luego de que el pueblo haya reafirmado el 7 de noviembre que seguiremos gobernando en este país, luego de que (el Frente Sandinista) ganemos las elecciones del 7 de noviembre, se abrirá un gran diálogo nacional en el que todos se integrarán. Lo que no vamos a repetir son los obstáculos de la muerte ”, advirtió el diputado.
«Todos los que aman a Nicaragua serán incluidos en este diálogo, excepto los que exigen sanciones contra Nicaragua», dijo Gutiérrez, actual presidente de la Comisión Económica y Presupuestaria de la Asamblea Nacional y uno de los legisladores sancionados por la comunidad internacional por haberse tomado en consideración. cómplice de violaciones de derechos humanos contra nicaragüenses. «
En su discurso durante el pleno de la Asamblea, el diputado Gutiérrez ni siquiera mencionó a los líderes de la oposición que el régimen – del cual él es parte – encarcelado como parte del proceso electoral y se limita a decir que si «grandes negocios Quiere sumarse a los esfuerzos del gobierno de Ortega, luego de las elecciones de noviembre, «son bienvenidos».
Ortega busca «legitimidad»
Las activistas opositoras Ivania Álvarez y Alexa Zamora, Unidad Nacional Azul y Blanca (UNAB), dijeron que el diálogo anunciado por el diputado Gutiérrez es una señal de que el régimen quiere limpiar su imagen frente a la comunidad internacional, a la que en varias ocasiones se ha pronunciado. en contra de las violaciones de derechos humanos cometidas en Nicaragua.
«La comunidad internacional ya ha comenzado a repudiar el proceso electoral en Nicaragua», advirtió Álvarez. Por eso el régimen, y sus asesores, intentarán «legitimarse» a través de un diálogo, que «será con los partidos que participan (en la farsa electoral), ciertos empresarios que se han prestado al juego y ciertos aliados internacionales. Siempre aparecerán, que provengan del mismo círculo de regímenes autoritarios ”, dijo.
Zamora precisó que el anuncio de un diálogo postelectoral no genera expectativas en la oposición, cuyos dirigentes siguen presos o en el exilio, porque es «un nuevo intento de Ortega de legitimarse a través de un diálogo a medida».
Mientras tanto, los grupos de oposición organizados tras las masivas manifestaciones de 2018 aseguran que seguirán «ignorando todos estos procesos que no representan una solución a la crisis sociopolítica y de derechos humanos que atraviesa Nicaragua», dijo Zamora.
El fracaso de los diálogos anteriores
Esta es la tercera vez en tres años que Nicaragua habla de un diálogo nacional. Durante el primer diálogo nacional, realizado al calor de las manifestaciones de 2018, el régimen sandinista lanzó todo tipo de insultos. El propio Ortega destacó hace una semana que fue un hecho «vergonzoso» y acusó a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua de ser «terroristas» y «cómplices del terrorismo», como él llama a las manifestaciones en su contra.
Ortega dijo a su manera que la jerarquía católica le entregó un documento en el que «no están pidiendo, están pidiendo la destitución de todas las autoridades y que los terroristas se instalen en el gobierno al servicio de los yanquis». También dijo que había recibido el documento, dobló el papel, agradeció a los obispos y luego “dijimos que teníamos que recuperar la paz, porque en ese momento no había paz en Nicaragua. Había terror y el país estaba paralizado «.
Así justificó el presidente el “operativo de limpieza” que lanzó en junio y julio de 2018, al desplegar un ejército de policías y paramilitares para reprimir manifestaciones cívicas con armas de guerra en los barrios de Managua., Carazo, Masaya, Jinotega y otros departamentos. Del país.
Un segundo diálogo nacional realizado en 2019 resultó en la aprobación de una hoja de ruta que el régimen de Ortega no respetó. La mayoría de los opositores que participaron en este diálogo se encuentran actualmente presos y acusados de «conspiración» en perjuicio del Estado de Nicaragua.
Este artículo fue publicado originalmente en español en Confidencial y traducido por Havana Times.
