Falta de más empatía con la discapacidad – Prensa Libre
Muchas personas no se detienen ni un momento a reflexionar sobre las dificultades cotidianas que afronta una persona con discapacidad, al menos hasta que sufre una limitación, ya sea por accidente o por accidente, problema de salud personal o de un ser querido. Es entonces cuando nos damos cuenta de las inmensas barreras cotidianas que existen en la vida de quienes no pueden caminar, se ven parcial o totalmente privados de su visado o de audición. Ensuite, il y a la découverte de l’hostilité des marches pour entrer dans un bâtiment, le placement arbitraire des poteaux et des feux de circulation, le mauvais état des trottoirs urbains et le risque élevé de quelque chose d’aussi simple que de traverser una calle.
Los municipios y entidades gubernamentales creen que basta con construir rampas de acceso y en ocasiones cuentan con sistemas Braille que vienen de fábrica en los ascensores. Sin embargo, la integración de personas con capacidades diferentes requiere, de entrada, una amplia campaña de educación a favor de la empatía, es decir, la capacidad y actitud para ponerse en la piel del otro, para identificarse con sus necesidades y aspiraciones.
No se trata de simpatizar o ver las discapacidades como un potencial reducido. Por el contrario, la visión moderna de la equidad debería conducir a mejorar las oportunidades de quienes padecen ciertas limitaciones físicas, visuales, auditivas o de locomoción. De hecho, cada vez con mayor frecuencia, los egresados universitarios superan barreras aparentemente insuperables gracias a los espacios abiertos por las entidades educativas, a la solidaridad de sus compañeros y a la propia perseverancia, que se convierte en motivo de admiración.
Lamentablemente, estos casos representan una minoría de este sector de la población que, según datos de la Encuesta Nacional de Discapacidad 2016, cubre a 1,6 millones de guatemaltecos de todas las edades. Los ancianos son los más afectados, ya que casi una de cada cuatro personas mayores de 50 años padece dificultades sensoriales o motoras.
Tales cifras sugieren la dimensión global de un desafío nacional cuyas verdaderas tragedias se viven en el entorno familiar, muchas veces marcado por deficiencias económicas. Cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con el objetivo de promover los derechos y promover acciones de apoyo desde todos los ámbitos de la sociedad, con el fin de generar mejores oportunidades de desarrollo y dignidad de existencia.
En esta ocasión, se realizó un recorrido por las calles de la capital para detectar situaciones y entornos desfavorables para la vida con discapacidad. No se necesitó mucha investigación para descubrir obstáculos que se pueden erradicar fácilmente, pero que siguen ahí sin que intervenga la autoridad del alcalde. Mientras que para los peatones hay zonas donde las aceras se reducen al mínimo, para quienes utilizan sillas de ruedas la ciudad puede ser un laberinto doloroso.
Las posibilidades de mejora están abiertas y siguen representando un desafío permanente para las sucesivas administraciones y organismos estatales. Una transformación integral de los espacios urbanos, laborales, residenciales e incluso recreativos puede ser el inicio de una revalorización de la unidad guatemalteca, vista desde la perspectiva de los más vulnerables, quienes al mismo tiempo pueden brindar lecciones inspiradoras en resiliencia.