El 1 de junio de 2020, la ahora disuelta comisión presidencial contra el coronavirus se reunió por primera vez con las autoridades del Ministerio de Salud, encabezadas por el entonces ministro Hugo Monroy. Acordaron aumentar la capacidad para realizar pruebas de covid-19 y reempacar la capacidad del hospital para hacer frente a la pandemia, lo que implicó proporcionarles recursos económicos, suministros y personal. Catorce meses después, como si de un deja-vu se tratara de una pesadilla, estos dos aspectos se encuentran entre las seis fallas críticas a subsanar que han sido señaladas por el sector médico del país, representado por los decanos de las facultades de medicina, el Colegio. de médicos. la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas.
La diferencia es que ha pasado más de un año, numerosas discusiones técnicas, citaciones legislativas, discursos presidenciales y ministeriales, ruedas de prensa, millones de quetzales invertidos y, lo más importante, más de 11 mil muertos. Adicionales a los ocurridos en ese momento, cuando ya estaba en plena duda la gestión del ministro Monroy, quien sigue siendo hoy consejero presidencial para el manejo de la pandemia, a pesar de que es parte de este ciclo de fallas y deficiencias que en lugar de corregirse se convierten en una ruleta de excusas . .
El foro de expertos brindó un listado de aspectos que adolecen de graves deficiencias, que se han reportado a lo largo de 2020 y 2021 pero que siguen siendo parte de la crisis. Estas no son soluciones definitivas a un desafío nacional y global, pero sin duda constituyen un aporte que debe ser valorado e implementado sin recurrir a manifestaciones autoritarias.
Además de fortalecer los hospitales y aumentar las pruebas, los notables exponen la necesidad de una campaña de comunicación nacional, asertiva, apolítica, técnica, basada en hechos científicos, tanto para estimular la responsabilidad personal como para utilizar la comunidad solidaria como el recurso más preventivo.
La contratación de personal médico, de enfermería y técnico es una prioridad que se ha visto obstaculizada por las diferencias de opinión entre los médicos que demandan insumos y los colegas que actúan como administradores de los hospitales covid-19, que de ninguna manera lucen bien con las autoridades ministeriales, tienden a silenciar o rechazar. reclamos internos, en lugar de ser los portavoces naturales de una realidad innegable. Fue por estas contradicciones que destacados neumólogos e internistas, que informaron fallas, ya no pudieron continuar brindando sus servicios porque sus contratos no fueron renovados.
Los decanos están de acuerdo en la petición de restricciones efectivas y no toque de queda nocturno. La creatividad, la innovación, un llamado a la civilidad y el uso del habla por parte de los organismos encargados de hacer cumplir la ley son elementos clave para establecer un distanciamiento efectivo y el uso de la máscara. Finalmente, la vacunación: hace un año no existía tal recurso, y hoy marca una diferencia prometedora, pero nuevamente, se necesita una mejor comunicación y una mejor logística para extinguir los miedos o prejuicios contra la vacunación, especialmente en la provincia. En cuanto a la continuidad del exministro Monroy detrás de la gestión del mayor desafío sanitario contemporáneo, con sus anteriores resultados a la vista, solo queda decir que ya no hay tiempo para cometer los mismos desatinos y esperar resultados distintos.