El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Ignorancia y vandalismo de la mano – Prensa Libre

Los hechos de la destrucción de monumentos nacionales el 12 de octubre por ciertos grupos de vándalos no son aceptados ni aplaudidos, por personas educadas conscientes de la importancia que tienen estas piezas históricas para aprender del pasado. Me parece inusual que ciertos grupos cometan atrocidades que destruyen nuestro patrimonio nacional.

No importa si un caudillo fue bueno o malo, o si un conquistador o gobernante de antaño dañó a nuestro pueblo o nuestra nación, región o hemisferio, si se borran del mapa, es como si nunca existieran, y a nuestro turno, no tendríamos cómo referirnos a un pasado terrible para enseñar a las generaciones presentes y futuras lo que no deben hacer. Visto desde otra perspectiva, tanto si el personaje dejó algo bueno como malo para el país, el monumento nos recordará los períodos de la historia que dieron lugar a los giros que estamos tomando en el presente.

Destruir los monumentos que representan nuestra historia es como borrar las lecciones del pasado; por lo tanto, es inaudito admitir tales atrocidades. Además, un monumento que se erige en nuestras calles y avenidas es también sinónimo de una ciudad rica en historia y, por supuesto, en arte, ya que son joyas históricas que, una vez demolidas, constituyen un daño irreparable para la nación.

Me parece ridículo herir monumentos como el de José María Reina Barrios e incluso intentar derribar el monumento a Cristóbal Colón. Solo puedo clasificar estas acciones como llenas de ignorancia, porque son personas que no son capaces de comprender el daño que están causando.

Si pensaran que muchos de nuestros guías turísticos o educadores que conocen nuestra historia se detienen frente a estos monumentos para hacer reflexionar sobre la historia a grupos locales o extranjeros, no destruirían; especialmente nuestros jóvenes, deseosos de aprender. Esta es una oportunidad para hablar sobre el pasado y hacer referencia a lo que llevó a una determinada acción en un determinado momento de la historia.

Si los manifestantes no están de acuerdo con estos personajes, tienen derecho a manifestar su disgusto por ellos, pero nunca con violencia, sino de forma pacífica y sin causar daños irreparables a los monumentos culturales expuestos.

Es muy notorio que estos matones no entienden que la historia nos sirve para aprender de los errores cometidos en el pasado. Obviamente no conocen nuestra visión del mundo maya, que se basa en el diálogo y la armonía, como dijo en un artículo su colega Oscar Soto. Esta cosmovisión está profundamente arraigada en los principios y valores mayas, lo cual está muy lejos de las nefastas acciones cometidas en el Día de la Raza. Soto menciona que de justificarse estas acciones, también sería justificable que el Mam derribara la cabeza de Tecún Umán, ya que representa al pueblo Quiché, quien los despojó de sus tierras y los sometió a cruel tormento para ampliar su territorio.

Para llegar a un mensaje más profundo, termino diciendo que la lección es que carecemos de unidad nacional. Debemos vivir en armonía y sin violencia entre todos y con respeto mutuo. En lugar de destruir, construyamos y hagámoslo sobre la base de principios y valores.


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