Signal, la app de comunicación que sobresale por su enfoque en la confidencialidad y protección, ha incrementado su popularidad no solo entre defensores de la privacidad, sino también entre políticos, autoridades y activistas. Aunque su reputación gira principalmente en torno a su fuerte encriptación de extremo a extremo, Signal ha captado el interés de un diverso grupo de individuos, desde simpatizantes hasta críticos de personajes políticos de renombre.
Esta aplicación, que ha existido por más de una década, ha crecido notablemente en los últimos tiempos, especialmente en los primeros meses de 2025. Según datos de Sensor Tower, las descargas de Signal en Estados Unidos aumentaron un 16% respecto al trimestre anterior y un 25% en comparación con el mismo período del año anterior. La app, administrada por la Signal Foundation, ha sido adoptada por una gran parte de la clase política en Washington, convirtiéndose en una herramienta estándar para comunicarse de forma segura.
La aplicación ha alcanzado una penetración considerable entre los funcionarios del gobierno, legisladores y hasta en departamentos clave de la administración pública. De hecho, según un estudio reciente, más de 1.100 funcionarios en los 50 estados de EE. UU. utilizan Signal para sus comunicaciones. Esto no solo refleja un cambio en la forma en que los políticos se comunican, sino que también subraya la creciente importancia de la privacidad en un entorno de creciente vigilancia digital.
La adopción de Signal no se limita solo al ámbito gubernamental. Además de ser preferida por los aliados y detractores de figuras políticas como Donald Trump, la aplicación ha sido utilizada por figuras prominentes, incluidos empleados del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk, quienes coordinan esfuerzos de reducción de gastos públicos. También se ha reportado que Musk usó Signal durante su adquisición de Twitter en 2022, lo que resalta el interés de los actores tecnológicos en asegurar sus comunicaciones.
Por otro lado, aunque Signal es conocida por su robustez en cuanto a la privacidad, esta misma característica ha hecho que se convierta en una herramienta de elección para quienes buscan el anonimato. Por ejemplo, se ha informado que ciertos grupos de delincuentes, incluidos traficantes de drogas, han recurrido a Signal para coordinar sus actividades ilegales, ya que la app ofrece un nivel de seguridad que otros servicios de mensajería no brindan. Asimismo, algunos de los involucrados en el ataque al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 utilizaron Signal para organizar el asalto, lo que puso a la aplicación bajo el radar de las autoridades encargadas de la seguridad.
El interés por la confidencialidad y la protección ha motivado a varios gobiernos a sugerir el empleo de Signal entre sus empleados. En 2020, la Comisión Europea instó a sus trabajadores a utilizar esta aplicación de mensajería segura, valorando sus ventajas para resguardar información sensible. En Estados Unidos, aunque las autoridades no han publicado instrucciones oficiales específicas, la Agencia de Seguridad Cibernética y de la Infraestructura ha aconsejado el uso de aplicaciones de mensajería seguras, donde Signal es altamente recomendada.
A pesar de su popularidad y su adopción en círculos gubernamentales y tecnológicos, la aplicación no está exenta de controversia. La misma característica que la ha hecho atractiva para aquellos que necesitan mantener sus conversaciones privadas también ha llevado a una mayor vigilancia, con funcionarios y empleados públicos recurriendo a Signal para evitar ser detectados o rastreados por sus superiores. Esta dinámica ha creado una paradoja interesante: mientras más personas recurren a Signal para garantizar su privacidad, más aumenta la atención sobre cómo se está utilizando la aplicación, tanto para fines legítimos como para actividades cuestionables.