Quejarse

Incremento de salarios y productividad laboral

«Cualquier salario mínimo es más bajo que el salario que habría si los aumentos respondieran a aumentos en la productividad laboral»

Un argumento que repiten los empresarios y sus asesores es que el aumento de salario debe darse en función de la «productividad» y en Panamá este es bajo y ha disminuido. No tienen que presentar pruebas; se convierten en las llamadas autoridades en la materia. Los llamados comunicadores sociales los cuestionan para dar a conocer tales afirmaciones, sin pedir pruebas, y se convierten en repetidores. Los ministros de trabajo y los gobiernos terminan alineándose con estos reclamos infundados, en defensa de los empresarios. Estamos en contra de la conducta empresarial que quiere obtener ganancias, enriquecerse, a costa de la miseria de los trabajadores.

Este año, hay que discutir el salario mínimo, que está fijado por la Constitución de la República, y el Ministro de Trabajo dijo que «no hay ambiente» para aumentar el salario mínimo, porque las «empresas» no se resisten. Inmediatamente surgen varias preguntas: y para los trabajadores, ¿»existe un entorno» para que se aumenten sus salarios? ¿Por qué el Ministro de Trabajo (y el gobierno) no hace esta pregunta? ¿Por qué el punto de referencia es lo que piensan? empresarios? Más por venir, pero dejémoslo aquí.

Como economista, no comparto el criterio de que los salarios deberían aumentar en línea con la productividad del trabajo, porque tal afirmación implica, en el mejor de los casos, que la distribución de la renta (salarios-PIB) permanece constante, y si partimos de un punto muy distribución desigual del ingreso, entonces favorecemos la persistencia de dicha desigualdad. Argumenté que los salarios deberían aumentar de acuerdo con el costo de vida y esto significa una mejora para los trabajadores, es decir, los salarios se establecen de acuerdo con el aumento en los costos de reproducción de los trabajadores y sus familias, y esto, además, significa una mejora en la calidad de vida a lo largo del tiempo. Los empresarios, cuando suben los precios, dicen que “sus costos han aumentado”, pero este mismo criterio no lo hace válido para los trabajadores.

Malgré les désaccords, j’argumente ici selon les propres termes des employeurs, en évaluant le comportement de la productivité du travail depuis 1970 et en calculant ce que devrait être le salaire minimum aujourd’hui, s’il avait augmenté en fonction de la productivité del trabajo.

En 1970, el salario mínimo era de 50 centavos la hora, un salario mensual promedio de 104 balboa. Aplicando los incrementos anuales en la productividad laboral a estos datos, el salario mínimo para 2019 debería haber sido de 1.275 balboa, o 12 veces el salario de 1970. Pero, debido al aumento de los precios, esto no habría significado que el crecimiento del poder adquisitivo de salarios del 2,2% anual. Sin embargo, habría mejorado la calidad de vida de los trabajadores así como el consumo de bienes agrícolas y de consumo y habría estimulado la economía. Sin embargo, la distribución del ingreso sería tan desigual como en 1970; sólo el 50% del PIB para sueldos y salarios. Pero los aumentos salariales ni siquiera se produjeron en proporción al aumento de la productividad, que se multiplicó por 12 durante el período 1970-2019, y la concentración del ingreso y la riqueza empeoró, y la participación de los sueldos y salarios en la economía ha disminuido. %, es decir, la mitad de lo que existía en 1970. Los gerentes de las empresas y sus asesores ni siquiera respetan su propio argumento de aumentar los salarios de acuerdo con la productividad laboral; estas son historias para no aumentar los salarios. Esto nos dice mucho sobre la desigualdad social existente, que tiene un mayor impacto en los sectores de bajos ingresos, que se ha agravado desde la década de 1980 con la implementación del modelo neoliberal impulsado por el FMI y el Banco Mundial. Pero, a pesar de todo esto, el actual ministro (y todos los anteriores), solo atiende a los sindicatos empresariales. En Panamá, no existe un salario mínimo único; que van desde 322 balboas para el pequeño agricultor, hasta 673 para la construcción. Cualquiera de los salarios mínimos es más bajo que el salario que sería el caso si los aumentos respondieran a aumentos en la productividad laboral. Esto nos dice que los ricos se han vuelto más ricos; que el crecimiento económico, basado en la productividad de los trabajadores, se ha dejado en manos de una élite del poder económico, una élite que, a la hora de subir los salarios, siempre dice «no hay condiciones» para hacerlo, que «va a producir inflación «, que» impedirá la creación de empleo «, y cualquier excusa que se inventen, con el único objetivo de seguir enriqueciéndose y que los trabajadores sigan siempre en medio de una profunda crisis económica, porque, precisamos, los trabajadores «No entran» en una crisis económica, sino que «viven» permanentemente en crisis, tratando de proporcionar su sustento diario para alimentar a sus familias. El neoliberalismo ha agravado las desigualdades sociales y la concentración de la riqueza, reduciendo la capacidad de consumo de los trabajadores; Es urgente acabar con este modelo opresivo, producir alternativas de liderazgo político capaces de ejecutar una política económica que enfrente las desigualdades sociales y la vergonzosa concentración de la riqueza.

Economista, catedrático universitario y miembro del equipo técnico de Frenadeso.

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