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Información de la mirada – Prensa Libre

Toda comunicación interpersonal comienza con la mirada. La mirada libera un precioso flujo de información racional y emocional que el interlocutor puede decodificar y procesar. El contacto visual es tan rico en información que, de un vistazo, se difunden mensajes a través de él, cuya profundidad es capaz de trascender las barreras del idioma. Muchas veces decimos con nuestros ojos lo que nuestras palabras intentan silenciar. La interpretación y uso de códigos que confluyen en «el lenguaje de la mirada» puede dar a negociadores, solucionadores de conflictos, vendedores, políticos y educadores, por citar a algunos profesionales, una ventaja competitiva para potenciar sus puntos de vista frente a «la otro «. Observar los ojos del interlocutor al hablar, especialmente ahora que la máscara esconde otras partes del rostro, es un recurso importante para acceder a información valiosa, debido a la revelación involuntaria de mensajes subyacentes derivados del momento, situación o subconsciente.

Las reacciones racionales y emocionales, las actitudes, así como los grados de atención o ausencia, son objeto de estudio en la oculística, la disciplina que se dedica al estudio de la información transmitida por los ojos. A pesar de que las investigaciones aún son raras y complejas, existen resultados reveladores que nos permiten interpretar determinados gestos oculares. Una persona que mantiene una mirada extrema puede ser percibida como hostil o dominante, mientras que si la mirada se aparta con frecuencia, puede ser percibida como tímida, sumisa, antipática o incluso sentirse incómoda con la interacción en la que participa.

El psicólogo Eckhard H. Hess, pionero en los estudios de la pupilometría, una de las ramas del estudio de la oculística, ha demostrado que el estado de vigilia de una persona afecta el tamaño de sus pupilas. La dilatación y contracción pupilar, dice, son posibles indicadores de estados mentales o emocionales.

La investigación de Hess ha demostrado que los estímulos agradables o positivos causan dilatación pupilar, mientras que los estímulos o estímulos desagradables pueden causar contracción. Algunos vendedores utilizan este conocimiento y cuando perciben que a su potencial comprador le gusta el producto, sus pupilas se dilatan; luego pueden reafirmar sus argumentos y finalizar la venta. Otro ejemplo importante se encuentra en los niños: su expresión de alegría por el cariño que reciben no se expresa con palabras comprensibles, pero lo que revelan con la ternura de su mirada es intensamente preciso. El respeto, la empatía, la adhesión o la aceptación de un argumento formulado en el entorno de una interlocución confirman el poder del lenguaje de la mirada, a veces más allá de la comunicación verbal.

Es gratificante ver cómo los ojos, los músculos adyacentes, las cejas e incluso el ritmo de los parpadeos incorporan una manifestación profunda e inconfundible del lenguaje no verbal, en muchos casos con tiempos de exposición mínimos. Sin la necesidad de verbos y adjetivos, como el lenguaje escrito o hablado, detalles como la apertura o contracción de la pupila, el movimiento de ojos y cejas y el enfoque de la mirada son rayos de luz del pensamiento y las emociones que suelen estar presentes durante una conversación.

Nada como el contacto visual para entender lo que afirman muchos autores: los ojos son la ventana del alma que, incontrolablemente, se cierra o se abre por la entrada de estímulos positivos o negativos.


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