El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Joya verde junto al mar

Cuando se habla de deforestación en Guatemala, es habitual imaginar áreas aisladas de las tierras bajas del Petén, el bosque nuboso o la zona costera, pero muy poco se asocia a este concepto con otra realidad que amenaza los vastos ecosistemas costeros de la costa del Pacífico. . : la destrucción de la barrera de manglares que se extiende a lo largo del canal de Chiquimulilla, Santa Rosa; el bar Sipacate, Escuintla, y el humedal Manchón Guamuchal, en Retalhuleu.

Nadie puede proteger o reclamar la protección de lo que no conoce o aprecia, por eso la educación ambiental es uno de los primeros pasos para que las personas demanden el rescate de estos bosques de raíces altas que logran sobrevivir a pesar de la salinidad de los bosques. agua y se convierten en refugio de decenas de especies de aves, reptiles, peces e incluso algunos mamíferos. Lamentablemente, por desconocimiento, el manglar se ha utilizado como leña o se elimina para dar paso a plantas artificiales de camarón o piscicultura, sin tener en cuenta el impacto que causa su pérdida.

Por supuesto, se han llevado a cabo muchas iniciativas para la recuperación de este recurso biológico, incluida la inclusión de estos bosques en el programa de incentivos forestales. La principal dificultad es que no es un árbol como los demás y que su plantación requiere unos cuidados especiales. En efecto, se estima que existen aproximadamente 10.000 hectáreas capaces de recuperar esta cubierta vegetal, ya sea para conservación, turismo o usos múltiples. Sin embargo, si se lleva a cabo un plan de esta magnitud, se necesitarían Q69 millones para cubrir la siembra, los gastos y los incentivos necesarios durante al menos cinco años, según un borrador de 2018.

Para algunos, tal inversión puede parecer un desperdicio, pero en tiempos de cambio climático, cuyo impacto sobre el nivel del mar es inminente, fortalecer esa barrera natural que existe desde hace milenios parece una decisión lógica, viable y amplia. habitantes. Por eso es tan valioso un plan apoyado por la Unión Europea para capacitar a los habitantes de la zona conocida como El Paredón, en Sipacate, Escuintla, en la conservación y expansión de los manglares. Se les da a conocer las variedades existentes, los beneficios del turismo sostenible pero también de la pesca artesanal potenciada por el aumento natural de las superficies de crecimiento orgánico de las especies de peces y mariscos.

En lugar de seguir promocionando los mismos destinos de siempre, que son frecuentados por turistas nacionales y extranjeros, las autoridades de turismo harían bien en promover el turismo comunitario en los canales y bares de manglares. Hay que superar los prejuicios y erradicar los miedos a través de la información científica para que no solo sean paraísos verdes para admirar, sino también zonas de educación ecológica para todas las edades. De lo contrario, ocurrirán tragedias como los incendios que devastaron Manchón Guamuchal en 2019 y que tardaron varias semanas en apagarse. En Guatemala, existen auténticos paraísos tropicales que pueden generar muchos más beneficios para la población que las granjas camaroneras en expansión de unos pocos privilegiados.

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