Daniel Ortega subestima la epidemia de covid-19

La concentración de poder facilita el estado policial en Nicaragua

Un estudio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) encontró que la concentración de poder en el ejecutivo nicaragüense, liderada durante los últimos 13 años por Daniel Ortega y Rosario Murillo, facilitó la imposición de ‘un estado policial en Nicaragua’.

“Las distintas funciones del Estado no corresponden a órganos separados, independientes y equilibrados. Todos los poderes están alineados con el ejecutivo, por lo que no representan límites al ejercicio del poder ni evitan la arbitrariedad ”, concluye el estudio. “Concentración de poder y debilitamiento del estado de derecho en Nicaragua”.

El informe indica que la situación actual se ha gestado desde 1999 con el pacto entre Ortega y Arnoldo Alemán -entonces presidente de Nicaragua-, a través del cual «se estableció un sistema bipartidista para facilitar la cooptación de los más altos cargos de la administración pública, y que continúa hasta el día de hoy».

Durante dos décadas, la concentración de poder ha sido paulatina y se ha intensificado en 2007, con el ascenso de Ortega a la presidencia, y se ha consolidado tras la crisis de derechos humanos que comenzó en abril de 2018, según el documento.

Explica que la centralización del poder se ha materializado gracias a la «colaboración de diferentes instituciones del Estado», entre las que se encuentran: la Asamblea Nacional, el Poder Judicial y el Consejo Supremo Electoral (CSE). Además, destaca la participación fundamental de organismos e instituciones responsables de la seguridad del Estado, como la Policía Nacional, el Ejército y la creación de aparatos de control y vigilancia ciudadana como los Consejos del Poder Ciudadano (CPC).

Vigilancia ciudadana

La CIDH denuncia que el Ejecutivo de la familia Ortega-Murillo ha «implantado un régimen de supresión de todas las libertades, mediante el control y vigilancia de la ciudadanía y la represión ejercida por instituciones de seguridad estatales y paraestatales. Aprobado por los demás poderes». ; de acuerdo con las instituciones de control ”.

Destacan que en el país «no existe un sistema de frenos y contrapesos ya que todas las instituciones responden a las decisiones del ejecutivo».

La CIDH indica que durante el año 2021 señaló “la intensificación de la represión a través de detenciones arbitrarias y criminalización”, refiriéndose a la detención de más de 30 personas en el marco electoral “por cargos infundados y sin las debidas garantías judiciales”.

Desde finales de mayo, el régimen ha detenido -acusado de «traición a la patria» – al menos 39 líderes de la oposición, entre ellos siete candidatos presidenciales Cristiana Chamorro Barrios, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre.

Elecciones incondicionales

En este contexto, los defensores de DD. H. H. advierte que “las elecciones legislativas programadas para el 7 de noviembre de 2021 se desarrollan en este clima de represión y cierre de espacios democráticos en el país”.

El estudio subraya que la clara intención del régimen Ortega-Murillo es «perpetuarse en el poder indefinidamente y mantener privilegios e inmunidades, en un contexto de represión, corrupción, fraude electoral e impunidad estructural».

Explica que, en el contexto de la crisis de derechos humanos que vive el país desde 2018, las elecciones legislativas de noviembre “representaron para la sociedad nicaragüense la posibilidad de entrar en un período de transición para lograr el restablecimiento del estado de derecho y democracia «. ; sin embargo, debido a las condiciones actuales en las que se desarrollan, «no se ajusta a los estándares interamericanos para garantizar elecciones libres, justas, transparentes y pluralistas».

En este contexto, la CIDH emitió ocho recomendaciones para el Estado de Nicaragua, incluido el llamado al restablecimiento de las instituciones democráticas, el pleno respeto al estado de derecho y las libertades fundamentales, incluida la libertad de expresión.

Asimismo, instó a que se garantice a Nicaragua «las condiciones necesarias para asegurar la celebración de elecciones libres, justas y transparentes, de acuerdo con los estándares interamericanos en esta materia consagrados, entre otros, en la Carta Democrática Interamericana, así como recomendaciones lideradas por la comunidad internacional, incluidas las realizadas por la Misión de Observación Electoral de la OEA en 2017; y resoluciones del Consejo Permanente y de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos ”.

Los defensores recomiendan que el Estado promueva y mantenga un diálogo efectivo, legítimo e incluyente con la sociedad civil, para lo cual han indicado que se deben cumplir las condiciones necesarias que «contribuyan a fortalecer la confianza de la población a través del cese de la represión, el reconocimiento de la hechos ocurridos y el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de verdad, justicia y reparación ”.

La Comisión también hizo dos recomendaciones a los Estados miembros de la OEA ya la comunidad internacional en general, en las que sugirió que se requiera al estado de Nicaragua que “celebre elecciones libres”. También exige «el cese inmediato de la represión y las detenciones arbitrarias, así como de todas las demás violaciones de derechos humanos que se han producido en este país».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *