La desinformación es peor que la pandemia – Prensa Libre
Desde el inicio de la pandemia en Guatemala, todos hemos sentido la necesidad de «conocer» la situación. Al inicio de la pandemia, la información era extremadamente escasa hasta que el MSPAS la integró en la plataforma Covid Situation de Guatemala. A pesar de la integridad y confiabilidad de la información en la plataforma actualmente, solo muestra datos sin ningún análisis, por lo que no está claro cómo ve el gobierno la situación. Todos buscamos una explicación para el contagio y si no la obtenemos satisfactoriamente de la fuente oficial, buscamos en otra parte. Es por esto que la población ha recurrido por completo al material que se comparte a través de las redes sociales. Desafortunadamente, esta información a menudo es incorrecta, exagerada o infundada, lo que provoca una desinformación generalizada que muchos creen que es la verdad.
La inseguridad que genera la falta de una interpretación oficial de los datos hace que nuestra gente se deje influenciar por los rumores, chismes y teorías conspirativas que abundan en las redes sociales. La desinformación nos afecta profundamente y provoca que generemos mucho estrés. Debido al estrés, vivimos en un estado de inquietud total que nos hace más propensos a enfermarnos porque nuestro sistema inmunológico está debilitado.
La desinformación no es solo a nivel guatemalteco sino que está presente en todo el mundo. Sin embargo, en los países más desarrollados, el «sentido común» de sus habitantes les permite filtrar la desinformación, reduciendo así su influencia nociva. Sus habitantes se comportan de forma más tranquila, reduciendo el estrés y el contagio. Por el contrario, creemos más en chismes y rumores que en datos de plataformas específicas. La abundante desinformación nos afecta negativamente y hay mucha gente que se ha engañado y ahora duda de los datos sobre la pandemia, duda de los tratamientos médicos y sobre todo duda de las vacunas. Cuando las personas dudan, caen presas del miedo y crean aún más estrés.
La desinformación engaña nuestras mentes como una ilusión óptica engaña a nuestros cerebros. La ilusión funciona como una manipulación de nuestra mente para que creamos que estamos viendo algo que no es realmente cierto. La desinformación funciona de la misma manera, nos engaña con una mentira muy creíble que después de ser repetida por muchas personas, la aceptamos como una verdad sólida cuando en realidad todavía es falsa.
En mi opinión, los datos de la plataforma MSPAS son completamente confiables y adecuados para la toma de decisiones. No representan todos los casos ya que siempre hay un subregistro, pero las tendencias que muestran los indicadores son bastante correctas. El hecho de que la base de datos sea dinámica y que los días anteriores se vayan llenando con el tiempo me da mucha confianza.
Al comienzo de la pandemia, como se trataba de una novedad, incluso la OMS no sabía cómo proceder y muchas de sus recomendaciones estaban equivocadas. Hoy, después de 18 meses de lucha continua contra el covid-19, se han diseñado protocolos y tratamientos médicos muy efectivos. Los tratamientos que antes se rechazaban, como el uso de ivermectina, ahora se aceptan por completo.
Sin embargo, la peor pesadilla de información errónea hasta la fecha se refiere a las vacunas. Estos no solo son confiables, sino que han demostrado ser muy efectivos. Desafortunadamente, rumores infundados de efectos secundarios falsos como la infertilidad se han apoderado de la mente de la población y están rechazando la vacuna. Este es un grave error porque puede causarnos un retroceso con consecuencias fatales en la lucha contra el contagio.