La empresa y sus futuras versiones tecnológicas – Prensa Libre
Especialmente, después de que Facebook y Mark Zuckerberg anunciaran un gran esfuerzo para explorar el desarrollo de su propio metaverso para interactuar en tiempo real en un entorno de medios totalmente digitalizado. El futuro distópico en el que perdemos claridad sobre la barrera de lo virtual y lo real parece una historia de ciencia ficción, acercándose cada vez más.
Tenemos que empezar desde el principio para reconocer que ninguna tecnología es buena o mala. La tecnología es amoral y poco ética. En todos los sentidos, Isaac Asimov se adelantó a su época de profeta al explorar a través de sus propuestas con un corte ético en torno a la filosofía de la ciencia y la robótica, y en el caso concreto de la exploración del metaverso, por un mundo totalmente virtualizado.
Todavía estamos muy lejos de alcanzar las fronteras que la inteligencia artificial, la virtualidad y la conectividad pueden ofrecer. Este metaverso depende de multitud de tecnologías que, al alinearse, darán cabida a sociedades futuras. Este puede ser el caso del contexto de distanciamiento social y la era post-COVID19 que hace cada vez más común el diálogo entre quienes abrazan la virtualidad como un futuro orientado al transhumanismo, lo que nos conducirá a puntos de encuentro completamente virtuales, donde podremos conectar en tiempo real con avatares en restaurantes, eventos deportivos, videojuegos e incluso espacios comerciales como algo muy cotidiano, y aquellos que proponen que aumentar nuestra exposición a la virtualidad hará que perdamos el sentido de las relaciones y vivencias reales, distorsionando el la forma en que nos conectamos emocionalmente y nos vinculamos con otras personas.
Lo que sí es muy cierto es que el acceso a internet de alta velocidad, la tecnología 5G, la disponibilidad de tecnologías virtuales como Oculus Rift y el advenimiento de las criptomonedas como alternativa a la infraestructura monetaria en el mundo harán que estos puntos sean cada vez más comunes las reuniones virtuales: espacios para ocio, negocios e incluso religión, sin tener que salir de casa, o necesariamente tener que manejar a las personas, sus emociones, sus conflictos y sus intereses. Tendremos la capacidad de sumergirnos cada vez más en la virtualidad para desarrollarnos en cualquier ámbito de la vida, haciendo obsoletas las barreras del tiempo, el espacio, la cultura o la distancia.
Personalmente, veo que el metaverso es una gran idea que aún está germinando y que va a hacer explotar la capacidad que tenemos actualmente para conectarnos con personas y culturas de todo el mundo. Todo se reducirá a la especulación sobre si, en un futuro no muy lejano, esta gran capacidad se utilizará para el bien de las sociedades futuras.