La importancia de poner límites con tus hijos – Prensa Libre
Los niños necesitan que sus padres tengan claro qué quieren provocar o inhibir en ellos como hilo conductor de sus objetivos educativos, sociales y familiares. Para ello, una de las herramientas más útiles es visualizar una casa y no una casa, con un ambiente de confort y estructura, mediante reglas, sin excesos, para que sea siempre una casa luminosa y alegre, pero con rumbo. de lo que está permitido y prohibido hacer. La vida es un proceso continuo y la persona manifiesta comportamientos en la medida en que se lo permite cuando está en formación.
Las reglas y los límites son diferentes en cada hogar. Los padres comprometidos siempre tendrán reglas y límites claros, mientras que los padres permisivos no han logrado comprender sus beneficios ni superar los desafíos que conllevan.
Todas las personas nacen con algún tipo de temperamento heredado o innato y precisamente la convivencia, crianza e imitación de los adultos influye y cambia la forma de responder ante una situación, lo que se conoce como carácter. Todos los límites que se establecen en casa, que son las normas para vivirlos todos, les informan de lo que se espera de ellos.
La percepción que los padres tienen de sus hijos les dice quiénes son, forma gradualmente su identidad personal. Esta forma de verse a sí mismo oa sí mismo es la autoestima. La vida del niño hasta los 5 años es placentera, está acostumbrado a todo lo que gira a su alrededor, es un mundo egocéntrico que poco a poco se adapta a los demás, mostrando interés y ganas de compartir con los demás.
Cuando se le preguntó, ¿cuántas reglas se recomienda tener en casa? Entre 3 y 5 reglas claras son suficientes para una familia. Todos sin excepción deberían experimentarlos, porque el ejemplo de los adultos será de vital importancia para formar un hábito. Una acción se convierte en un hábito después de 4-6 semanas. Se recomienda que cuando ya hayas adquirido un hábito, pases al siguiente, lo que puede suceder cada 3 meses.
Los padres deben educar en todo momento y en todo lugar, sin miedo a lo que dirán, sin escuchar su cansancio ni sus ganas de vivir en paz; todavía está educado. En otras palabras, en cuanto el niño se comporta de manera inapropiada, hay que corregirlo, ya que el niño no tiene una retrospectiva del evento, no tiene la capacidad de retroceder; su corto plazo es lo que está experimentando hoy. Un ejemplo de esto podría ser el típico berrinche en el supermercado, no debes esperar hasta llegar a casa para corregirlo, porque para entonces el niño ya se ha olvidado del hecho. Es fundamental mantener la calma y educar siempre positivamente. Esta última idea no significa estar siempre feliz, se trata de elegir las palabras y los gestos correctos, evitar las palabras despectivas, ser constante y perseverante en la transmisión de la figura de autoridad al niño.
* Gerente General del Colegio APDE La Villa
Licda. Carol de Enríquez
Educar siempre. Los padres deben educar en cualquier momento y en cualquier lugar.