El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

La sentencia muestra parte de las dificultades de los migrantes – Prensa Libre

La situación de indocumentados de la gran mayoría de los migrantes, de todas las nacionalidades y orígenes, los expone con frecuencia a abusos por parte de las autoridades, la policía e incluso imitadores, pero también al asedio de bandas criminales que los secuestran para utilizarlos como mercancía, como «mulas» Por el narcotráfico o por la esclavitud sexual, especialmente en el caso de mujeres y menores: una tragedia humana como consecuencia de la búsqueda de mejores oportunidades, negada por las circunstancias del país de origen.

La sentencia de 47 años de prisión contra siete integrantes de una banda de secuestradores de migrantes surgió ayer. El grupo operaba en el área de Jutiapa y entre sus víctimas se encuentran salvadoreños y hondureños en ruta a Estados Unidos. La estructura los mantuvo bajo amenazas y se puso en contacto con familiares en Estados Unidos para pagar un rescate, bajo pena de matarlos. La fiscalía dio a conocer la noticia ayer como una hazaña, y lo es. Bastaría valorar cuáles son los factores procesales por los que se produce la condena cinco años después de la captura de los responsables.

Esta creencia también es importante para la justicia, ya que destaca el impacto del asedio sobre los migrantes. Por lo general, casos como este son solo la punta del iceberg. Los informes de acusaciones ilegales, amenazas u ofertas de salvoconductos pagados han abundado en los últimos cinco años, por lo que debería haber más personas procesadas por estos delitos. Si Guatemala no aplica rigurosamente la ley a estos delitos, ¿con qué autoridad moral exigirá justicia para los nacionales en tránsito por México que sufren torturas similares o peores?

A fines de septiembre, Prensa Libre y Guatevisión denunciaron aparentes irregularidades en la actuación de la policía que se instaló en el tramo comprendido entre la frontera de Agua Caliente y Esquipulas, en plena época del éxodo haitiano. Las evidencias apuntaban a sobornos directos o indirectos para dejar pasar a migrantes no centroamericanos e incluso alojarlos en hoteles sin ocupación turística, pagados por adelantado por grupos facilitadores de la trata. Algo anormal sucedió porque a raíz de los puestos hubo un cambio de agentes, se anunciaron investigaciones en el interior y los extravagantes puestos de control se redujeron y totalmente ajenos a los estándares tácticos.

El trato humanitario no significa facilitar, y mucho menos fomentar, el desplazamiento ilegal de personas de cualquier nacionalidad. Por el contrario, la aplicación de las leyes nacionales es fundamental para desalentar la acción de los traficantes de migrantes e incluso para reducir los riesgos para la salud evitables. La discreción abusiva, la connivencia bajo la mesa y la porosidad de la acción institucional son riesgos para la seguridad nacional porque involucran actos de corrupción en beneficio de las mafias.

Finalmente, cabe mencionar que la tragedia migratoria se acentuó en el período Giammattei Falla, ya que el año pasado el número de detenidos en la frontera estadounidense aumentó en un 7%. 141,309 guatemaltecos fueron capturados. A ellos se suman 58 mil 778 menores no acompañados y 82 mil 882 unidades familiares: procesión desesperada, más de 350 compatriotas salen todos los días del país hacia lo incierto. Como mínimo, se deben exigir garantías para su integridad en un camino tan peligroso.


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