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Los estándares personales definen la convivencia – Prensa Libre

“Vivir con otras personas es la habilidad más necesaria en este mundo. Con él, no hay límite para lo que la gente puede hacer ”. Earl Nightingale

La vie de chaque individu est entourée d’intérêts, qui, lorsqu’ils sont manifestes, déterminent avec qui il est possible de vivre ensemble car, comme le dit un écrivain sacré : « Deux hommes marcheront-ils ensemble s’ils ne sont pas Correcto ? Esta sencilla pregunta nos invita a reflexionar para comprender que los logros y conflictos de nuestra vida diaria están marcados por los estándares que guían nuestra vida.

No hay duda de que la convivencia también implica cooperación, lo que de alguna manera nos permite tener una buena vida. Por tanto, lo que se consigue de esta forma son las cosas que buscamos repetir y valorar cuando se pueden conseguir, para el día a día, como una cadena de detalles, pinta lo que es nuestra vida y en definitiva hacia dónde se enfoca.

El criterio de convivencia es formativo y desde la infancia empezamos a comprenderlo. Eso sí, esto según cada temperamento se equipara en algunos casos con una naturalidad y ventajas para formar nuestra personalidad, pero sin duda, en otros casos, fue de alguna manera impuesto por los antiguos que con rígidas reglas nos llevaron a llegar de manera realista a lo que somos. hoy dia. Cuando entendemos y admitimos esto, podemos hacer planes para mejorar la realidad de lo que compartimos en nuestra convivencia con quienes forman parte de nuestro entorno.

Las personas con predilección por el comportamiento generoso de alguna manera logran una convivencia más amena y diversa. Pero cuando somos mucho más exigentes y con perspectivas muy concretas de lo que nos permite la vida, tenemos que andar con relaciones mucho más limitadas y por supuesto más selectivas.

Es tan lindo aceptar que cuando la vida tiene reglas claras, esas mismas reglas nos educan y moldean el carácter, de modo que nos permite avanzar con firmeza en lo que sea que estemos a punto de hacer y con quién lo haremos. Esto es real y va de las relaciones más superficiales a las más formales que tenemos cuando somos parte de una sociedad y una cultura definida, porque estas se estructuran en criterios no negociables, estamos con ellos o nos vamos.

Es muy triste cuando miras a aquellos que discuten y quieren ver cómo pueden mantener sus estándares. Esto no solo es imposible, sino que puede verse como una pérdida de tiempo y energía mal dirigida. Por ello, quienes inician con esmero y madurez nuevas relaciones, ya sea por simple convivencia o por necesidad por las obligaciones que hemos adquirido, inician sus relaciones con la mayor prudencia y serenidad, evaluando si es posible alcanzar los objetivos. que tenemos, han sido rastreados, de lo contrario, eligen alejarse de lo que alguna vez pensaron que estaban haciendo.

Vivir en armonía en todas nuestras relaciones nos ayuda a saber cómo convivir con aquellos por quienes la vida nos lleva y muchas veces incluso nos sorprende ver cómo algo aparentemente accidental abre las puertas de relaciones rentables para ambas partes.

Sin duda, debemos ser selectivos, pero sobre todo debemos ser nosotros los que, con reglas y principios, recorramos cada etapa de esta vida.


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