Los que vuelven y con más ambición – Prensa Libre
Quisiéramos pensar que el objetivo de los diputados al aprobar un presupuesto tan amplio, deficitario e incluso superior al dictamen inicial se debe a un sólido plan de consenso entre las partes para emprender la senda del desarrollo sostenido durante los próximos 20 años. años, con una estrategia de renovación de infraestructura, con un agresivo plan técnico para vencer el hambre y con una visión de transformar el aparato público a favor de la eficiencia, la rendición de cuentas y, sobre todo, el servicio a la ciudadanía. Pero es imposible pensar en ello dadas las evidencias de mecenazgo, mentiras, oscuros nombramientos de parientes advenedizos, despilfarro, pactos políticos y malos resultados en la agenda legislativa.
Basta ver cómo, en lugar de aprovechar la mejora proyectada en los ingresos tributarios para reducir el monto de la nueva deuda proyectada, la Comisión de Finanzas, presidida por el funcionario Duay Martínez, representante del distrito de Quetzaltenango, dictaminó un monto de 105.000 939 Q. millones, sobre el cual comenzó la aprobación en tres lecturas: una pantomima que mostró su superficialidad cuando con la noche y la ventaja diputados hicieron cambios al fondo de revisión para llevarlo a Q106 mil 226 millones.
Si los diputados querían seriamente presupuestar la inclusión de los trabajadores de la salud en la nómina, no tenían que hacerlo a costa de una deuda insostenible, que se suma a otros pactos perjudiciales. Bien pueden recortar parte de los 980 millones de Q asignados al Congreso, incluidos los 38 millones de Q para las nuevas contrataciones: todo un botín de puestos que ya ha mostrado su atrevido alcance discrecional en el pasado.
La pereza habitual de los diputados contrastó con el pleno del jueves pasado. Incluso el diputado Jorge García Silva, vinculado a empresas beneficiarias de contratos por los que el Ministerio Público detuvo a personal de Insivumeh, reapareció en el hemiciclo tras perderse de vista.
No es exagerado llamar piñata a los 3.000.227 millones destinados a los “proyectos” de las comisiones departamentales de desarrollo, entidades cuya ejecución ha sido deficiente pero con fácil vinculación con diputados y alcaldes. Los jefes de los consejos acudieron a arengar la aprobación del gasto insuficientemente financiado. A ningún ciudadano se le permite ingresar al hemiciclo para inspeccionar a sus representantes, pero esta arenga “espontánea” desde el albergue tuvo las puertas abiertas. Desafortunadamente, no es de extrañar. Estos clientelismos abundan desde la época de la RFA, la Gana, la UNE, la trama PP y Líder y la sancionada FCN-Nación, que sigue existiendo gracias a un indolente TSE. De todos, hay herederos y desertores. La diferencia es que ahora las cifras de gasto son mayores, la deuda pública es aún más impagable y los indicadores de desarrollo humano muestran un rezago mayor. Y si no, que lo digan más de 300.000 guatemaltecos detenidos este año en su éxodo a Estados Unidos.
Quisiéramos pensar que el auditor afinaría las estrategias para mejorar el glosado de gastos, la supervisión de proyectos y la presentación de quejas; que el MP está por presentar prejuicios en el caso Insivumeh y destapar procesos de ejecución sospechosos, con el fin de sentar un precedente oportuno, justo en el año preelectoral para que para el 2023 la posibilidad de reelección de personajes que han dado abundantes las muestras se reducen sin tener en cuenta las necesidades nacionales.