Caricatura del día - La voz de los sin voz

Los útiles rehenes de Ortega

Daniel Ortega quedó más debilitado y deslegitimado que antes con el simulacro electoral del domingo. Ahora enfrentará no solo un mayor aislamiento, sino también nuevas presiones y sanciones internacionales. Los más decisivos serán Estados Unidos y la Unión Europea (UE), tanto directos como indirectos, a través de sus votos en los organismos financieros internacionales. Pero no descartemos la capacidad receptiva y manipuladora del dictador para capear la tormenta y mantenerse en el poder. Y en su arsenal tiene un arma tan poderosa como inhumana: sus rehenes, que también pueden actuar como cambio de moneda.

El grupo más visible son los presos políticos, especialmente los posibles candidatos y líderes políticos, sindicales y empresariales encarcelados en las últimas semanas. Pero hay otro, aunque mucho más difuso, que también o más importante: la población en general.

La liberación de algunos reclusos, especialmente aquellos que ya no están en riesgo, se puede utilizar para crear una sensación de apertura, hacer que los grandes negocios vuelvan al redil, aliviar las tensiones e intentar un nuevo equilibrio que reduzca las presiones internas y externas. Es la estrategia de dos (o más) pasos adelante y uno atrás, que no cambia los factores estructurales: una excelente rentabilidad.

La enorme vulnerabilidad de la población mayoritaria, por su parte, puede servir para frenar o moderar acciones internacionales que tendrían un efecto devastador sobre el régimen: freno en el desembolso del préstamo e incluso la posible suspensión de Nicaragua del TLC con Estados Unidos, algo que el Congreso le ha pedido al presidente Joe Biden que considere. Alcanzar estos extremos de eficiencia también implicaría un deterioro socioeconómico tan agudo que además de su impacto humano, podría generar una crisis migratoria de enormes proporciones. Esto es algo que preocupa mucho a los estadounidenses. Por supuesto, nosotros también.

Cómo modular el repertorio de sanciones Generar un impacto y, como ha dicho la UE, “seguir apoyando”, o al menos no deteriorar aún más “el desarrollo económico y social de los sectores más vulnerables de la sociedad nicaragüense”, es un gran desafío. También lo será para Ortega, pero en cuanto a rehenes, su gran y cruel ventaja es que la vida humana no le importa.


* Artículo publicado originalmente en La Nación de Costa Rica.


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