El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Marketing político digital 4.0 – Prensa Libre

La digitalización de la vida se profundiza cada vez más, todas nuestras actividades están condicionadas por los efectos de la expansión de las redes sociales, nuevos canales, medios, formatos y mecanismos que nos inundan, se acercan y nos moldean.

La comunicación política se ha beneficiado de muchos de estos avances y hoy es posible acceder e incidir en el mercado electoral en mecanismos y formatos con todos los recursos de manipulación, persuasión, convicción y uso de modelos con un enfoque multidisciplinario en tiempo real.

Los canales digitales tienen una influencia decisiva en los movimientos sociales, el activismo y la participación electoral. El marketing político digital se extiende más allá de la promoción de candidatos, partidos y plataformas electorales en Internet, incluidos teléfonos móviles, redes sociales, publicidad gráfica, marketing en buscadores, plataformas, comunidades y cualquier otra forma de medios digitales.

Es mucho más fácil explorar las mentes, los comportamientos, los hábitos, los intereses, las preocupaciones y las preferencias de los ciudadanos; Potentes buscadores, algoritmos, bases de datos, modelos complejos y herramientas de macro y microsegmentación nos permiten marcar la agenda temática y maximizar el conocimiento de un político, aumentando su popularidad de manera casi imperceptible.

Dar consejos políticos hoy en día significa comprender que los medios digitales no son una extensión del marketing ni un nuevo canal de comunicación. La estrategia electoral requiere comprender la diversidad y complejidad de esta herramienta, abarcando tanto su evolución tecnológica como los efectos que tiene en la evolución psicológica, social, política, conductual e ideológica de los ciudadanos.

Los votantes digitales están redefiniendo el espectro de los medios, son volátiles, dispersos, emocionales; raras veces analizan, no tienen memoria histórica; son impacientes, complacientes, eclécticos, juguetones, simplistas, exigentes e inconstantes; su atención es fugaz, no profundizan, no detallan, no se rompen y no se comprometen.

Los segmentos objetivo de una elección ya no están divididos o agrupados por ubicación geográfica, ingresos, empleo o educación; sino por tendencias, autopercepciones, modelos de aspiración, comunidades, incluso factores metafóricos, ideales, subjetivos e incluso imaginarios.

Es decir, los ciudadanos se agrupan y alinean según patrones psicológicos internos, casi olvidando su realidad cotidiana; Reaccionan según una identidad creada artificialmente, una vida y una serie de comportamientos digitales. Se auto-clasifican como izquierdistas, ambientalistas, libertarios, emprendedores, con etiquetas incongruentes, contradictorias e infundadas, solo para llenar el espacio de «di algo sobre ti».

Si antes la ideología, la visión, un modelo de gobierno, los proyectos, las políticas públicas y la racionalidad eran el núcleo central del debate político; hoy que ya no existe; le centre est la confrontation, la lutte permanente des enjeux à court terme, les arguments viscéraux, l’exhibition, l’échange d’insultes, de divertissement, d’occurrences et de banalités, l’exploitation du morbide et du viral est la llave.

Forjar una carrera en la política debe requerir tiempo, méritos, calificaciones, resultados, preparación completa y calificada, desarrollo de habilidades y habilidades; una red de contactos y trabajo básico en comunidades entre otras, hoy cualquier personaje bizarro y primitivo puede aspirar a un puesto en ayuntamientos, congresos y cargos públicos.

Gracias al big data, neuromarketing, comunidades, influencers, bloggers, YouTubers, sitios, canales y la explosión de información disponible en las redes, podemos forjar «activistas», «revolucionarios» e incluso «historias ejemplares»; la suma de la mejora humana resumida en una receta de cocina; sublimar la vida en un puesto de tacos y convertir al hombre que ayuda a una anciana a cruzar la calle en el «héroe» de moda para lanzarlo a la arena electoral.

Las plataformas y aplicaciones nos brindan el espacio privilegiado para ofrecer experiencias interactivas e información total en tiempo real, blogs, post, video, resúmenes biográficos, fotos, «logros y propuestas» a través de aplicaciones de realidad aumentada, videojuegos y que son extensiones de la política cotidiana. la vida, se resuelvan o no los problemas sociales, no importa.

Control de comunidades, bots, réplicas y marketing subliminal y sigiloso, todo está al alcance de la mano, podemos usar los medios digitales como canales alternativos de contacto y transmisión para llegar y capturar audiencias inyectando una dosis de drama, patriotismo, comedia, indignación, furia, tristeza, recriminación y sensacionalismo.

Los votantes migran con facilidad, están en constante búsqueda de actualizaciones, deben ser alcanzados con formatos y estímulos multicanal, consumen novedad e impacto todos los días. Cuando llega el momento de votar, se enfocan en las calificaciones más virales; su deporte favorito es el linchamiento de políticos; acosarlos, reírse de ellos, difamarlos; El ridículo político es abundante e inagotable, corrupción, mala gestión, fraudes, estafas, chismes, vicios, ahí está lo que vale la pena.

La mejor manera de permanecer ignorante es creer que ya lo sabe todo. La saturación política engendra indiferencia, aburrimiento, indolencia y desinformación. La democracia es masiva, mayoritaria, nunca cualitativa ni selectiva. Los canales digitales se utilizan para lograr todas estas creaciones.

* Experto en comunicación estratégica. Red de Forbes


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