En un comunicado, el INM destacó que este flujo de población se ha triplicado respecto al mismo período de 2020 durante el cual se identificaron, acompañaron y no acompañados 11.703 menores.
Del total, 8.525 viajaban solos y 25.902 viajaban con un adulto, principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador.
En cuanto al sexo de la población identificada en lo que va del año, 19 mil 859 son hombres y 14 mil 568 mujeres.
Según entrevistas realizadas a migrantes por funcionarios federales de inmigración, «informan que los traficantes de personas insisten en ser acompañados de menores para facilitar su tránsito por México e incluso Estados Unidos».
Esto se debe a la modificación de la ley de migraciones que establece «no acoger a menores, ni a sus acompañantes, en puestos migratorios o estancias temporales».
Recordó que a partir del 11 de enero de este año, la ley prohíbe al INM alojar a niños y adultos que los acompañen en estos establecimientos.
También comentaron que los traficantes de personas, llamados «polleros», «les aseguran que hay una amnistía en Estados Unidos que favorece el ingreso de migrantes, incluso si se encuentran en situación irregular y especialmente para los que acompañan a niños, niñas y adolescentes».
Este martes, tres agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exigieron a las autoridades mexicanas «respetar los derechos humanos de los migrantes» luego del violento operativo de este fin de semana para disolver una caravana de migrantes en el estado fronterizo de Chiapas con Guatemala.
El flujo migratorio ha aumentado en México desde octubre de 2018, cuando las caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a ingresar al país para llegar a Estados Unidos, luego el presidente Donald Trump presionó a México para que los detuviera.
Cuando el presidente Joe Biden llegó a la Casa Blanca en enero pasado, suspendió el programa “Quédese en México” de su predecesor, que requería que los solicitantes de asilo esperaran sus audiencias desde territorio mexicano, de los cuales miles estaban varados en campamentos fronterizos.
Con eso, el flujo migratorio se recuperó tan bien que Estados Unidos detuvo a 212,672 inmigrantes ilegales en su frontera sur en julio pasado, el número más alto en 20 años.