No es posible desperdiciar tantos recursos – Prensa Libre
Es bien conocida la controversia sobre si la carga tributaria de Guatemala es excesivamente baja. Los impuestos recaudados cubren el gasto público y la deuda acumulada al gastar más de lo que ingresa. Sin embargo, en términos absolutos, un presupuesto de ingresos y gastos de unos ciento seis mil millones de quetzales, comparado con la economía guatemalteca, es mucho dinero.
Así, se duplique o no la carga tributaria y, en consecuencia, el gasto presupuestado del orden de doscientos mil millones de quetzales y no de ciento seis, para un país en vías de desarrollo con niveles tan altos de pobreza, ciento seis mil millones de quetzales. . quetzales es mucho dinero.
Según publicaciones de prensa, para este año fiscal se destinaron alrededor de 19.5 mil millones de quetzales a Educación, 12 mil millones a Salud y 1.8 mil millones a la suma de Desarrollo y Cultura y Deportes. Principalmente para cubrir los déficits presupuestarios que se han acumulado, han destinado unos 32,4 mil millones de quetzales. Así, quizás con algunas variaciones, el pago de esta deuda financia las provisiones de los años pasados en los puestos antes mencionados (hoy se pagan servicios de salud y educación que no estaban cubiertos en años anteriores).
Bueno, si echamos un vistazo al estado de los servicios de salud pública en Guatemala, nos encontramos con un panorama sombrío (para un resumen de la situación, ver «Salud en Guatemala», Wikipedia). Las deficiencias van desde el acceso a los servicios hasta el número de médicos por cada mil habitantes. Los principales indicadores (esperanza de vida, mortalidad infantil, salud, desnutrición, etc.) se encuentran entre los peores del continente americano y las deficiencias están aumentando en las zonas rurales. En lo que respecta a la educación, las condiciones quizás sean incluso peores (para un resumen, ver “Educación en Guatemala”, Wikipedia).
Entre los países de la región, Guatemala tiene la tasa de analfabetismo más alta, los años de escolaridad (principalmente en las zonas rurales) son los más bajos y la calidad de la educación (independientemente de la pandemia) ya es un problema sistémico. toda la cadena educativa (pedagogos, profesores, docentes, alumnos) la calidad media es muy baja y ya es un problema circular (el sistema se alimenta de una media de alumnos que ya tienen deficiencias pedagógicas fundamentales). El Ministerio de Desarrollo puede verse como una forma costosa e ineficiente de distribuir dinero a las familias pobres (ver «Informe de agosto», PL 08/18/21) y el Ministerio de Cultura y Deportes que, al examinar su informe de gestión y rendición de cuentas informe, todo emerge (sueldos, bonificaciones, arrendamientos, dietas, materiales, etc.) salvo proyectos culturales o deportivos.
Finalmente, creo que el hecho de que una parte tan grande – la mayoría – del presupuesto se vaya a pagar por servicios públicos tan ineficientes y de mala calidad debe tener graves consecuencias para la sociedad guatemalteca. Es fundamental revisar a fondo los modelos actuales de gestión de los servicios públicos cubiertos por los presupuestos estatales, porque, sean o no de suficiente magnitud, el hecho de que den tan malos resultados año tras año, agrava año tras año las deficiencias de la los más pobres. No basta con que todos estos servicios se hayan organizado con buenas intenciones, deben ser rentables para la sociedad. Está claro que el modelo de negocio actual está agotado y ni siquiera mencioné la corrupción.