El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

No nos silenciarán – Prensa Libre

Ataques a periodistas y medios independientes hacen furor en Guatemala. Las formas en que se ataca también se están diversificando. Los actos de intimidación y acoso ocurren todos los días y van en aumento porque las «advertencias» no tienen los efectos deseados: silencio y autocensura.

Las redes sociales están llenas de mensajes descalificadores y de odio. Y los ataques apuntan no solo al trabajo periodístico, sino también a la vida personal y familiar. En varias ocasiones, las mujeres periodistas son víctimas de acoso sexual y su trabajo está desmérito por su condición de mujeres. Hay compañeros en la ciudad, pero especialmente en los departamentos, que han sufrido agresiones físicas e incluso intentos de violación.

El uso del derecho penal como instrumento de criminalización contra los medios y periodistas se está convirtiendo en una práctica común y extendida en el país. Decenas de colegas enfrentan acciones legales por delitos que no cometieron. Solo estar en la cobertura de los periódicos significaba persecución y cárcel.

El caso de la periodista Anastasia Mejía, de la estación Xol Abaj de Joyabaj, Quiché, ilustra la crueldad de la Fiscalía con quienes denuncian y denuncian actos de corrupción a nivel local y nacional. Anastasia estuvo encarcelada durante 37 días y, aunque recibió una medida alternativa, está vinculada a un juicio por sedición y delitos de terrorismo. Además de lo que significa en tiempo y recursos defender una denuncia penal y el impacto emocional que tiene una acusación infundada, el resultado concreto es sacar a los periodistas de su labor de información e investigación.

Cuando los ataques emanan de actores estatales, se abre la puerta para que se multipliquen los ataques contra la prensa independiente. No es casualidad que exista una coincidencia entre la retórica de las autoridades estatales en la que se cuestiona, denigra y descalifica a periodistas y medios independientes, y las campañas difamatorias que circulan en las redes sociales y en las redes sociales. Medios aliados con grupos de poder político y económico . El objetivo final de este tipo de ataques es socavar su credibilidad y la de la información y las investigaciones que publican y difunden.

A tal grado de acoso, se ha logrado que los estados de emergencia se estén utilizando no solo para quebrar la legítima resistencia de las comunidades que defienden sus recursos naturales y fuentes de agua, sino para acabar con el periodismo en medios digitales, locales y comunitarios. En El Estor, Izabal, las casas de los periodistas Baudilio Choc Mac, Carlos Choc y Juan Bautista, de Prensa Comunitaria, fueron allanadas el primer día del estado de sitio, para mostrar hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno para defender los intereses. de la empresa minera.

El uso de la ley penal e incluso la ley contra el feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres para intimidar a periodistas incómodos con los grupos de poder debe ser rechazado y denunciado. Es una vergüenza que las normas que buscan proteger a las niñas y mujeres de la violencia diaria que sufren en Guatemala quieran ser distorsionadas para evitar el control de los recursos públicos y la investigación de casos de gran corrupción. Periodistas y editores de medios como elPeriódico, La Hora, VoxPopuli y Artículo 35 enfrentan denuncias infundadas por presuntos casos de violencia psicológica.

Lo que hay que entender es que los ataques al periodismo independiente impiden que los ciudadanos se enteren de actos de corrupción, abuso de poder y asuntos del mercado negro. Por eso quieren silenciarnos, pero seguimos luchando: no nos silenciarán.


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