La economía de México está pasando por un momento complicado en el año 2025, caracterizado por varios retos que han creado una atmósfera de incertidumbre tanto a nivel nacional como internacional.
La economía mexicana se encuentra atravesando un periodo de complejidad en el año dos mil veinticinco, marcado por una serie de desafíos que han generado un clima de incertidumbre tanto en el ámbito nacional como internacional.
Distintas entidades financieras y organismos globales han modificado sus previsiones sobre el aumento del Producto Interno Bruto (PIB) de México para este año. La Secretaría de Hacienda había proyectado anteriormente un crecimiento del PIB entre el dos y el tres por ciento,
organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han estimado un crecimiento más conservador, ubicándolo cerca del uno punto cinco por ciento. Esta diferencia muestra las variadas opiniones sobre el desarrollo económico del país. EGADE Business School
Elementos que aportan a la incertidumbre económica
Entre los factores que han provocado este ambiente de incertidumbre sobresalen:
Entre los elementos que han generado este clima de incertidumbre destacan:
Escenarios alternativos y riesgos potenciales
Además del escenario principal, se contemplan alternativas que podrían impactar aún más la economía mexicana:
Además del escenario base, se consideran alternativas que podrían afectar aún más la economía mexicana:
Proyecciones y acciones sugeridas
A pesar de los retos, se anticipa que el Banco de México seguirá con su estrategia de disminuir las tasas de interés para alcanzar una posición monetaria más neutral. Esta acción pretende reducir la presión sobre la actividad económica y promover un entorno más propicio para el crecimiento.
A pesar de los desafíos, se espera que el Banco de México continúe con su política de reducción de tasas de interés para acercarse a una postura monetaria neutral. Esta medida busca aliviar la presión sobre la actividad económica y fomentar condiciones más favorables para el crecimiento.
Es crucial que el gobierno y las empresas adopten estrategias para mitigar los riesgos asociados con las amenazas arancelarias y la desaceleración económica. Las negociaciones diplomáticas y comerciales deben intensificarse para evitar medidas proteccionistas que puedan perjudicar a ambas economías. Asimismo, se deben implementar políticas que estimulen la inversión y el consumo interno, promoviendo la creación de empleos y el desarrollo de sectores estratégicos como la construcción.