¿Por qué estamos pagando? – Prensa Libre
El debate público y político sobre el papel del Estado, su alcance y su costo ha adquirido una gran importancia a nivel mundial en los últimos años.
Impulsado en gran medida por la pandemia de COVID-19, el gasto público ha crecido exponencialmente, pero ha sucedido con diferentes objetivos y enfoques en todo el mundo. Algunos países han incrementado su gasto público para motivar la producción y distribución de la vacuna covid-19, otros países han incrementado la red hospitalaria temporal con los consiguientes efectos de inversión y lamentablemente otros países han seguido la misma dinámica de incremento del gasto público, pero sin haber un enfoque concreto y eficaz de las políticas públicas en sus prioridades.
Tener un Estado eficiente con presencia en el país tiene un costo, que debe ser lo más controlado y limitado posible. Además del costo monetario de mantener el estado, es importante determinar qué tipo de estado se financia: ¿un estado moderno y eficiente o un estado liberticida, corrupto y burocráticamente ineficiente?
El crecimiento efectivo de un estado moderno y limitado se puede determinar en gran medida identificando de manera concisa dónde está su inversión y el rendimiento que tiene para los ciudadanos. Identificar esta prioridad de forma periódica es fácil porque encaja en el debate nacional y los ciudadanos tienen una idea del enfoque de la inversión pública para los próximos años.
El financiamiento de infraestructura de calidad beneficia directamente los costos de movilidad, transporte y transacción. Así como la financiación de la presencia de seguridad ciudadana puede ser.
El financiamiento de políticas públicas de necesidad y utilidad, como un programa educativo para mejorar las competencias profesionales de la mayoría de la población o la eliminación de la desnutrición crónica.
Los estados ilimitados están plagados de corrupción, burocracia ineficiente e interferencia en la mayoría de las formas que permanecen en las esferas privadas de los ciudadanos. Y tienden a crecer y aumentar sus recursos rápidamente a expensas de los ciudadanos.
Con el aumento del gasto público que hemos tenido en los últimos años y que hemos tenido recientemente con la aprobación de un nuevo presupuesto nacional, es importante responder a las siguientes preguntas: ¿Para qué estamos pagando? ¿Es el presupuesto general de la nación una herramienta para orientar y financiar políticas públicas que beneficien directamente a la población? o ¿Estamos pagando un gasto público sin beneficio concreto para la población?
Año tras año, el presupuesto general de la nación se vuelve relevante en los últimos meses del año, pero puede que sea demasiado tarde para volver a centrar la atención en el tipo de gasto que necesita el país. La medida de calidad y el tipo de condición que tenemos deben ser constantes. Esto es fundamental si queremos lograr un estado que genere prosperidad y oportunidades para su gente.