Quejarse

Por un país lleno de conocimientos y valores

«Esperamos […] que la celebración durante las últimas semanas del mes de los valores ha promovido el medio ambiente para promover el conocimiento y los valores en la población […]»

Históricamente, la escuela, la universidad y la cultura han hecho mucho para cambiar la vida de muchas personas. Sin embargo, la falta de políticas estatales dirigidas a mejorar la educación ha provocado que el país se derrumbe y observe pasivamente el surgimiento de una casta anti-valor.

Y es que donde no hay valores, existe el peligro de una corrupción endémica. Por supuesto, ha habido funcionarios, empresarios y políticos con valores y principios éticos y morales suficientes para responder a las tentaciones, y hoy tienen un legado de decencia y honestidad. Pero, lamentablemente, estas son solo excepciones y el problema de los antivalores está tan extendido que la sociedad en general está podrida.

Antes, la preocupación de un padre por el futuro de su hijo comenzaba enviándolo a la escuela para aprender conocimientos, cultura y valores. Pero las escuelas no lo hacen ahora. Por un lado, no están preparados ni condicionados para ofrecer conocimiento y cultura. Y por otro lado, sus maestros y dirigentes no tienen la solvencia moral para inculcar valores en nadie.

Fue García Lorca quien dijo que si tenía hambre y desamparo en la calle, no pediría un trozo de pan, sino medio trozo de pan y una libra. Por supuesto, esta nominación reitera la importancia de invertir en el aprendizaje, no solo para nuestros jóvenes estudiantes, sino también para el resto de la población. La educación debe ser una de las dos prioridades urgentes del estado, siendo la otra la alimentación. Sabemos que cuando una persona tiene hambre y no puede permitirse comer, lo único que lo calma es un plato de comida. Pero cuando una persona quiere aprender y no puede, nadie piensa que lo único que calma ese deseo de saber son los libros, muchos libros.

Por eso consideramos absurdo que los gobiernos asignen recursos políticamente y reduzcan los presupuestos a expensas de las necesidades educativas y culturales. Creemos que el peor error que se puede cometer en un país es no invertir en educación. De ahí el disgusto público cuando los diputados piden cientos de millones de dólares para la política y se olvidan de otras cosas importantes como la educación. Panamá tiene un déficit educativo muy alto, lo que se traduce en desconocimiento y pérdida de valores. Y es precisamente ahora que la crisis de corrupción está en su punto más crítico, que el gobierno y la sociedad deben invertir más en escuelas, bibliotecas, museos, teatros, librerías, salas de conciertos y más parques para la diversión y el esparcimiento.

Invertir en ciencia, literatura y filosofía, así como en música, arte y deporte, es garantía de un futuro próspero. Estas son las áreas en las que un país debe invertir y concentrar sus recursos para salir del hoyo en el que lo ha llevado la corrupción. Sería el mejor dinero gastado desde el punto de vista financiero y educativo. Recuerde que una persona educada es receptiva a la práctica de valores éticos, cívicos y morales.

En este sentido, cuando su población se educa en un país, es más fácil combatir la corrupción. El grado de decadencia moral que hemos alcanzado en Panamá ha alcanzado niveles inimaginables, y lo peor es que todavía no vemos cuándo terminará. Creemos que la única forma de revertir esta tendencia es inyectar recursos bien dirigidos al sistema educativo y hacer esfuerzos para capacitar talento y erradicar la insensibilidad moral.

Los gobiernos y la sociedad civil se ven obligados a construir un sistema educativo más sólido, con mejores escuelas, mejores bibliotecas, mejores museos, mejores teatros y mejores librerías. En los últimos años hemos visto un claro declive en los valores y han surgido comportamientos y comportamientos mecenazgos, precisamente con personas que no hacen nada y recaudan subvenciones, becas y aumentos especiales. En resumen, sin un programa de inversión eficaz y un plan claro para modernizar las escuelas, el país nunca avanzará.

Por ello, esperamos que la celebración de las últimas semanas del Mes de los Valores haya favorecido el medio ambiente para promover el conocimiento y los valores en la población, ambos fundamentales para crear una sociedad más justa y digna. Solo entonces el país podrá emprender el camino del desarrollo y el progreso, y garantizar que las generaciones futuras puedan hacer frente a los desafíos que depara el futuro. De lo contrario, continuaremos a la deriva, con personas ignorantes y sin valor tomando decisiones, y eso seguramente no nos llevará por el camino correcto.

hombre de negocios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *