Propaganda Ortega lanza «campaña negra» contra los sacerdotes

Propaganda Ortega lanza "campaña negra" contra los sacerdotes

La maquinaria propagandística de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha dirigido sus ataques contra varios sacerdotes nicaragüenses de los que acusan «mezclarse« en la vida política, entre ellos el Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, el Obispo Auxiliar de Managua, Mons. Silvio Báez, y el Padre Edwin Román, párroco de la Iglesia de San Miguel de Masaya.

«Los rostros de sacerdotes o religiosos sacerdotes que se involucraron en la vida política de los países de América Latina y el Caribe se describen en diversos periódicos o revistas, aunque no están llamados a ser expertos en política, sino en evangelización.«. Así comienza un documental producido por el portal de propaganda Juventud Presidente que muestra paulatinamente imágenes de Álvarez, Báez y Román. Se les acusa de promover cambios de gobierno e incluso golpes de Estado.

La campaña, compartida por ‘bots’ y simpatizantes de la dictadura, está en sintonía con el lenguaje de Ortega, quien -en el acto del 37 aniversario del Departamento de Operaciones Especiales de la Policía (DOEP) – llamó a los obispos de «terroristas en sotana« y «demonios de sotana« y los responsabilizó por ser los culpables de que los bloqueos de carreteras no se levantarán durante las protestas de 2018.

El documental especifica que «apoyo político de los sacerdotes« hacia la oposición ha generado problemas en lo que ellos llaman «sector mayoritario« de la población nicaragüense.

«Estos sacerdotes políticos, aunque permanecen en la impunidad, ante las propias leyes de la Iglesia, fueron cuestionados por los mismos fieles y comunidades católicas de Nicaragua, siendo señalados no solo por su papel de militantes, sino también por haber distorsionado el verdadero significado de su misión evangelizadora«, menciona el video.

Los ataques aumentan

Los ataques a las redes sociales por parte de los fanáticos de la dictadura se producen un día después de que la propia Murillo acusó a los sacerdotes que ella llamó «diablos visionarios del mal«.

«Algunos de nosotros que ya sabemos quiénes somos, hemos sido llamados y llamados a tocar las campanas para que la gente salga a matar y morir, algunos que creen que somos sacrosantos y creen en la autoridad moral, y que creen que somos profetas cuando lo que ellos dicen. realmente fuimos visionarios del mal, del diablo, como dice nuestro Comandante Daniel (Ortega). Diablos, diablos que no sirven a Dios, que sirven a Satanás, nuevamente, en esta etapa de la vida.«Dijo en su discurso a los medios oficiales.

El 25 de agosto, Ortega inventó un obispo para descalificar políticamente a la Iglesia católica, en un larga diatriba contra la institución de mayor credibilidad nacional que ejerce el liderazgo moral en el país, y que ha cuestionado constantemente durante años el incumplimiento sistemático de los derechos humanos.

“Conocí a estos obispos cuando era niño, porque hasta un tío abuelo, Marco Antonio Ortega, fue el primer obispo de Nicaragua, y ¿cuál fue el primer logro de Marco Antonio, el obispo? Conviértase en cómplice del sistema, del régimen ”, dijo el gobernador, quien posteriormente e inmediatamente trató de corregir su desviación.

“Recordando bien al tío abuelo, el extremo, las tropas yanquis estaban aquí en Nicaragua, y él, Monseñor Antonio Lezcano y Ortega, el hermano de Marco Antonio, pues ahí están las fotos, quedan las fotos de la vergüenza; el obispo bendijo a las tropas yanquis con todos los rifles en ellos. No había amor al prójimo, Cristo no estaba en sus prácticas ”, agregó Ortega.

Los obispos no callan

El régimen mantiene un fuerte tercer partido con la Iglesia Católica, cuyos ataques en su contra desde Ortega se han intensificado desde que la Arquidiócesis de Managua emitió un comunicado el 10 de agosto en el que advirtió que «no hay condiciones para elecciones democráticas» en Nicaragua.

La escalada de Ortega contra la Iglesia católica comenzó durante su comparecencia en el acto del 42 aniversario de la Fuerza Aérea, en el que convocó a los sacerdotes que participaron como mediadores en el fallido diálogo de 2018 “Fariseos”, con el fin de buscar poner fin a la sangrienta represión de la policía del régimen y los paramilitares a las protestas ciudadanas en Abril de ese año.

Los ataques provocaron reacciones de líderes católicos como el propio cardenal Leopoldo Brenes, Monseñor Rolando lvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, y Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua.

El cardenal Brenes dijo en una entrevista con Canal 12 que «la Iglesia no estaba allí para complacer a los políticos y siempre asistía a los funerales de sus perseguidores».

Por su parte, Los obispos Álvarez y Báez dijeron este domingo que la Iglesia Católica seguirá denunciando las injusticias que se cometen habitualmente en el país, a pesar de las «amenazas», «calumnias» y «ataques» de los «poderosos» que quisieran verlos como «perros tontos». Por tanto, advirtieron que la institución se mantuvo «fiel a Dios» y sin «inclinarse» ante nadie.