Que hay detrás de las ganas de comer sin parar – Prensa Libre
Acaba de terminar de comer, solo ha tenido tiempo de terminar un capítulo de la serie que venía siguiendo desde hace días y vuelve a tener hambre. Pero, ¿sabe exactamente la razón de estas demandas fisiológicas? Varias encuestas intentan descifrar este enigma.
Para responder a esta pregunta, debemos poner «orexinas» en el centro de esta lectura. Las orexinas, también llamadas hipocretinas, son dos pequeñas proteínas producidas en el hipotálamo.
Aunque inicialmente sus funciones estaban relacionadas con la regulación de la ingesta, actualmente se conocen otros efectos que se desarrollan en todo el organismo.
Influyen, por ejemplo, en la regulación del sueño, las funciones cardiovasculares y endocrinas, la regulación del gasto energético y la termogénesis, así como en los sistemas de recompensa y el humor. Además, juegan un papel importante en enfermedades tan diversas como la narcolepsia, la obesidad y la drogadicción.
Por qué las orexinas nos piden que comamos más
Las orexinas juegan un papel fundamental en nuestra respuesta al estrés. También modulan muchos comportamientos relevantes para nuestra salud física y mental. Por ejemplo, despertar, comportamientos adictivos, cambios emocionales, mayor sensibilidad al dolor y especialmente cambios en el apetito.
Además, los niveles de orexina se alteran en enfermedades mentales como la depresión y los trastornos de ansiedad. También pueden explicar las diferencias de género en respuesta al estrés y se identifican como una posible diana terapéutica para el tratamiento de estos trastornos.
Centrémonos en el papel que juegan en nuestra dieta. El sistema que regula la producción de orexina es capaz de detectar cambios en el balance energético y aumentar sus niveles en respuesta al ayuno.
No trabajan solos. Las orexinas interactúan con otras sustancias que regulan el apetito, como la leptina y la grelina.
La leptina es una hormona liberada por el tejido adiposo que regula los niveles de energía internamente y a largo plazo. La grelina, por otro lado, es secretada por el estómago justo antes de una comida esperada. Actúa a corto plazo y estimula de forma muy intensa la ingesta alimentaria. Pero, ¿cómo se relacionan estos dos con las proteínas a las que dedicamos este artículo?
La regulación de la energía y el apetito mediado por orexinas is logra gracias a la información que recibe de otras áreas hipotalámicas, y que registran, entre otros, los cambios en los niveles de glucosa y de leptina (inductora de saciedad) y grelina (inductora del hambre).
Las neuronas productoras de orexina pueden integrar esta información y provocar una respuesta de acuerdo con las necesidades del cuerpo.
¿Qué papel juegan a lo largo de la vida?
Dado su papel regulador en múltiples funciones corporales, se ha estudiado su relación con las alteraciones asociadas a determinadas situaciones, como la menopausia.
En esta etapa de la vida de la mujer se describen con frecuencia trastornos del sueño, aumento de peso y circunferencia abdominal, así como un mayor estado de ansiedad.
Para intentar conocer el papel que pueden jugar las orexinas y otras hormonas, estudiamos cómo se modifican sus valores y si pueden asociarse con algunos de los síntomas que lo acompañan.
En estos casos, se sabe que hay un aumento de los niveles de orexina-A junto con la reducción de los niveles de estrógenos que se producen en esta etapa de la vida.
Sin embargo, los pocos estudios clínicos realizados hasta la fecha en esta área no son concluyentes y no se ha encontrado una asociación clara entre los niveles de orexina-A y otras variables típicas del estado posmenopáusico. Entre ellos, el impacto que tiene sobre ellos la terapia hormonal sustitutiva, los cambios en la calidad del sueño o el índice de masa corporal.
Relación entre orexinas y trastornos alimentarios
Como puede verse, el papel de las orexinas en la salud mental es importante. Por último, no pasaremos por alto otro ejemplo llamativo: la relación de esta hormona con la anorexia nerviosa.
Se trata de un trastorno alimentario caracterizado por un peso corporal anormalmente bajo, percepción alterada de la imagen corporal, miedo intenso a aumentar de peso y otras manifestaciones clínicas derivadas del bajo peso, como la pérdida de la menstruación.
Como resultado de una dieta insuficiente y desequilibrada, las personas que padecen anorexia nerviosa presentan con frecuencia una desnutrición grave que afecta a todo el cuerpo, incluidas las funciones cerebrales.
En este sentido, estudios recientes sugieren que los niveles de orexina-A y el rendimiento cognitivo eran más bajos en mujeres con anorexia nerviosa.
Además, los niveles bajos de esta hormona también se relacionaron con una menor flexibilidad cognitiva y puntuaciones más bajas en las pruebas psicológicas que evaluaron la flexibilidad cognitiva y la toma de decisiones en situaciones de riesgo.
Sin embargo, sería necesario profundizar y confirmar estos resultados, que abren una interesante vía de investigación que vincula la neuropsicología y el gasto energético, así como conocer cuáles son los mecanismos por los que actúan.
Maria Asunción Martinez Brocca, Profesora Asociada. Departamento de Medicina. Facultad de Medicina. Jefe del Departamento de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Virgen Macarena, Universidad de Sevilla
Este artículo apareció originalmente en The Conversation. Lea el original.