El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Que se dice y que se entiende – Prensa Libre

Sabemos que el mensaje no se produce en la boca de quien lo verbaliza ni en los dedos del dependiente, sino en el cerebro de quien lo recibe. Allí confluyen factores, experiencias y contextos que inciden en la interpretación y comprensión del contenido. ¿Qué debe hacer el remitente para que lo que dice sea entendido e interpretado por el destinatario, de acuerdo con la finalidad que se ha fijado?

Ella dijo: «Lamento que hayas visto cosas así»; el amigo interpretó «si ves cosas así, ¡lo siento!» y se acabó la amistad. Ella dijo: «Me encantan los sándwiches de gelatina de mostaza» y él le hizo panes que los dos no podían comer.

La comunicación es un universo lleno de matices. Constantemente vemos ejemplos de ideas que se transmiten con alguna intención, pero que se transforman cuando llegan a su destino. En diferentes ámbitos personales o profesionales, esto provoca malentendidos o conflictos. Para evitar estas distorsiones o «ruidos» en la comunicación, es necesario tener en cuenta algunos principios básicos pero efectivos.

Lo primero es lo primero. Sea claro sobre su objetivo de comunicación y téngalo en cuenta. Concretamente, céntrate en los mensajes para que tu interlocutor piense, sienta y / o actúe según el propósito de su intervención.

¿Con quién estás hablando? Cada ser humano es un mundo, con diferentes formas de procesar la información. Las palabras terminan teniendo diferentes significados porque los contextos son diferentes. Algunas personas son visuales, otras son auditivas. Utilice el código que mejor se adapte al modelo mental de su entrevistador.

La empatía no es un «plus», es un requisito fundamental para una correcta interpretación. Es el mecanismo por el cual las dos partes crean un «buen acuerdo», con una mayor disposición a escucharse mutuamente.

Ser preciso. Prefiere lo explícito a lo implícito. Es tan peligroso malinterpretar el mensaje como malinterpretarlo. El lenguaje más allá de la comprensión del interlocutor puede distorsionar el contenido. Recuerde, la falta de información estimula la imaginación.

Verifique el momento y el lugar adecuados para expresar su punto de vista. La sensación de oportunidad va de la mano de la voluntad de la otra persona de estar atento a lo que quieres decir.

Tan importante como el contenido es cómo te comunicas. Los gestos, la mirada, el volumen y la entonación de la voz equivalen a subrayar, a escribir en cursiva o en negrita, es decir, potenciar el componente emocional.

Confirme que la persona con la que está hablando esté interpretando lo que está transmitiendo. El cambio de roles entre el hablante y el oyente permite la retroalimentación, que es de gran valor en el intercambio de información; es como tomar los signos vitales en el área de la comunicación.

Actualmente, la saturación de diversos estímulos en redes sociales y dispositivos móviles provoca una atención intermitente que requiere un refuerzo constante de los mensajes. Esa es la magia de las buenas historias: centran la atención del oyente y usan los números correctos para transmitir el mensaje correcto.

Aunque son principios fáciles de entender, no son necesariamente fáciles de implementar. Lo cierto es que constituyen ciertos pasos para que los mensajes enviados por personas, organizaciones y sectores sean mejor entendidos por sus destinatarios.


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