Regreso a la normalidad – Prensa Libre
La semana que viene Guatemala celebrará oficialmente 20 meses en este interminable período pandémico, un período en el que, si comenzamos a revisar los detalles, nos daremos cuenta de que todos hemos tenido que cuidarnos, cuidar a los demás, averiguar cómo trabajar. , cómo estudiar y cómo volver a la normalidad.
A nivel mundial, hemos visto que cuanto mayor es el porcentaje de personas vacunadas contra el coronavirus, mayor es la apertura de la economía, la educación y el entretenimiento. En Guatemala, ya hay 3,3 millones de personas vacunadas con dos dosis, lo que equivale al 20% de la población. (Hay 5,4 millones de vacunados con una sola dosis, 32%). Los barrios se vacunan con dos dosis México 47%, El Salvador 59% y Honduras 35%, mientras que en los países más poblados del continente, con dos dosis, Estados Unidos 58% y Brasil también 58%. En Europa, datos de España 78%, Italia 73% e Inglaterra 69%, por nombrar algunos. En los Estados Unidos, España, Italia e Inglaterra, se ven estadios de béisbol y fútbol repletos. En Guatemala hay vacunas y hay vacunas. En las zonas urbanas, el porcentaje de población vacunada es más alto, especialmente en la Ciudad de Guatemala donde el porcentaje es similar a los registrados. El problema es la zona rural, donde hay mucho que vacunar y no es porque no haya vacunas o porque no lleguen las vacunas.
La semana pasada, las empresas Merck y Pfizer anunciaron que estaban muy cerca de lanzar al mercado las píldoras de prevención del covid. En mi opinión, estamos cerca del final del período pandémico del covid-19, ya que hay una vacuna, habrá pastillas y, lo más importante, ya sabes cómo cuidarte, y si estás infectado, estás ya sabiendo cómo curar el virus. Esto permitirá volver a la normalidad en gran parte del mundo, y espero que Guatemala no sea la excepción, ya que es necesario estudiar y trabajar.
He escuchado muchas historias sobre el daño psicológico que el confinamiento ha causado a muchas personas en todo el mundo. Guatemala no es una excepción. También es evidente el efecto que ha tenido este cierre en las economías del mundo y, en particular, en los bolsillos de muchos. En Guatemala, los más afectados son seguramente los de la economía informal. La pandemia nos obligó a ser unidos y creativos, y sobre todo nos invitó a unir fuerzas para seguir adelante. En el caso de Guatemala, son evidentes las cifras de crecimiento macroeconómico reportadas por el Banco de Guatemala y reportadas por otras instituciones locales e internacionales. Es bien sabido que la población ha vuelto a la normalidad con algunas excepciones académicas y comerciales. Los datos del drástico descenso de infectados en las últimas semanas, pero sobre todo las muertes desde hace meses, exigen que se revise el semáforo y que el Ministerio de Sanidad revise las restricciones para que pronto podamos volver a la normalidad.
Guatemala tiene muchas tareas por delante. El proyecto que la consultora internacional McKinsey & Company ha desarrollado para un esfuerzo público-privado está tomando forma. Los 4 ejes comienzan a funcionar. El eje Infraestructura ya cuenta con un convenio suscrito por instituciones públicas y privadas para que el proyecto Guatemala No Se Detiene pueda estar bien orientado, entre otras cosas, a la creación de 2,5 millones de puestos de trabajo en 15 años. Otra gran tarea es ordenar la casa en materia de aplicación de la ley y la lucha permanente contra la corrupción, buscando transparencia y eficiencia en el uso de los fondos públicos.
Es de esperar que el caso de corrupción de Insivumeh que la fiscalía anunció la semana pasada sirva como punta de lanza para corregir los abusos. La mayoría silenciosa, que es la gran mayoría de los ciudadanos, es seriamente rechazada en los asuntos públicos si no hay transparencia e inversión en el país.