Siniestro
«… nos topamos con una realidad creada por un escritor loco que la torció y torció, acentuando sus rasgos grotescos …»
Di lo que quieras, ya no vivimos en una épica. Lejos están los héroes. Tampoco estamos en una novela caballeresca, ni siquiera aquella en la que el caballero del rostro triste cargó, lanza en mano, contra los molinos de viento. Nuestra sociedad no se desarrolla dentro de los parámetros de una historia trágica, ni de un drama o una comedia, por mucho humor que tengamos. Vivimos en una situación grotesca. Vivimos, como los personajes de Unamuno Nivola, dentro de un Valleinclanesco grotesco; tropezamos con una realidad creada por un escritor loco que la torció y torció, acentuando sus rasgos grotescos, de tal manera que día a día se producen situaciones más ridículas.
Dicen que noviembre es el mes de la patria, «Oh, un país tan pequeño, tendido en un istmo» … dicen que no está permitido faltar el respeto a los símbolos nacionales, dicen que la bandera no se puede colocar en ninguna tela , ni en bikini, herejía! , ni en maracas, ¡anatema! Bandera panameña, debes ser honrada “(…) porque eres el país que pasa. . .! En noviembre todos los que pueden presumir de sus faldas, «Ningún panameño / cambiaría / por nada, su falda», aunque no sean de él y fueron elogiados para la ocasión, porque llevar la falda c es vestirse como un país y esos que son pobres o Para los nativos o lo que sea que no se hayan puesto o quieran ponerse es que no son suficientemente panameños.
Panameño, panameño, panameño, querida … el presidente de los panameños estuvo el 1 de noviembre en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático realizada en Glasgow, Escocia. (Una reunión sobre cambio climático donde todos llegan en jet privado y se comprometen a exigir que la gente común haga todo lo posible para no dejar huella de carbono, ¡ja!). Como buen spielter panameño, el señor Cortizo sacó varias perlas, que por supuesto no hay que morder para darte cuenta que son de plástico barato, pero entre ellas se destaca la siguiente: 33% del área boscosa del país se ha conservado por respeto. gente indígena.
Me gustaría mucho que el presidente tuviera las detenciones para ir y decir esas mismas palabras, así, con el tono de su abuelo Cebolleta, en Barro Blanco. Quisiera que te pararas frente a los niños golpeados con balas de goma y los nativos llenos de perdigones, los que perdieron sus casas, y les digas lo mismo, que respetas a los nativos. Que no use el país como su coto. Y que de los millones que pidió como mendigo en la puerta de la iglesia en el Foro Escocés promete construir carreteras dignas, hospitales equipados y con médicos, y escuelas para los niños de la región para que no tengan que caminar tres horas. expuestos a cargas de agua y deslizamientos de tierra.
Porque, señor presidente, los límites de la democracia, en este país, todos los tenemos claros, nuestros derechos, cada vez menos numerosos, acaban donde empieza la codicia de los políticos y sus amigos, su descaro y su ma?
Hay algo grotesco, señores, en todo el cuerpo. Un país gobernado por figuras ridículas y grotescas, que mienten en cada palabra, que veían nuestros rostros como tontos y júbilos, creyendo y sabiendo que nos lo pusieron.
PS Créditos de los poemas, por orden de aparición de los versos: Ricardo Miró, Demetrio Korsi, Ana Isabel Illueca