El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Todo pasa en los puertos, menos la innovación – Prensa Libre

Sorprende pensar en el retraso en el desarrollo portuario del país si se tiene en cuenta que la colonización del primer puerto de Santo Tomás de Castilla se produjo hace cuatrocientos años. Cabe señalar que tenía el mismo nombre pero se encontraba en una ubicación diferente a la actual. En el lado Pacífico, hay otra ocasión de perplejidad, ya que Pedro de Alvarado partió del antiguo puerto de Iztapa, dos veces, 1534 y 1541, con expediciones. Decimos sorprendente porque a pesar del paso de los siglos, los avances tecnológicos del siglo pasado, especialmente desde 1969, año de creación de la Sociedad Nacional del Puerto de Santo Tomás Castilla (Empornac), o 1985, año de creación de Puerto Quetzal, Guatemala sigue siendo uno de los países con menor competitividad portuaria de la región a pesar de su importancia geoestratégica.

Las cifras hablan por sí solas: uno de los indicadores de la eficiencia de cualquier instalación portuaria es el movimiento de mercancías. Ya es sospechoso que no haya reporte de este dato en 2020: alguien no ha hecho su trabajo o está muy interesado en que no se conozca esta realidad. Sin embargo, está el balance de 2019: en Empornac el movimiento de contenedores es de 17 a 23 por hora, mientras que el vecino Puerto Cortés, en Honduras, viaja a 40 / h, el doble. Según los exportadores, las cifras de movimiento en Puerto Quetzal son similares a las de Empornac.

La competitividad guatemalteca está limitada por la ineficiencia de los puertos, lo que la condena a ser un lugar de segunda categoría para el transporte marítimo que tiene altas exigencias en un contexto de globalización económica y la búsqueda constante de una mayor eficiencia y rapidez en las entregas y reducción de costos.

Existen otros problemas con los procedimientos de control de seguridad e inspección tributaria, por el retraso en la puesta en servicio de los sistemas de rayos X o la intermitencia de su operación por supuestas fallas que parecen ser de un sabotaje cronometrado en el que todo lo que puede pasar en los puertos guatemaltecos .

Es imperativo trazar los pasos necesarios para la transformación del puerto, ya sea a través de la modernización administrativa o concesiones de gestión pública y privada en condiciones de claro cumplimiento, como la distribución de tarifas, el control independiente de seguridad y la evaluación del desempeño. Casi el 80 por ciento del comercio exterior del país fue manejado por los puertos marítimos, los cuales, con sus retrasos, solo agregan costos adicionales a los importadores y exportadores. No solo quienes utilizan directamente los puertos se ven afectados por ineficiencias estructurales y personales, sino el país en su conjunto. Al no cumplir con las necesidades actuales de envío, los costos operativos aumentan y terminan siendo transferidos al consumidor final o al rating competitivo guatemalteco en el exterior.

Una de las principales vías para mejorar el control y corrección de procesos es la creación de una Autoridad Portuaria Nacional (ANP), que existe en cualquier país civilizado, pero que en Guatemala ha sido objeto de protestas por parte de los empleados portuarios, que afirman ser el carácter autónomo de dichas entidades, pero lo interpretan más como una declaración de impunidad que como una exigencia de calidad. En el Congreso, la ley de la ANP está bloqueada, lo que podría representar un cambio cualitativo que marque avances, siempre que se organice de manera eficiente y no condescendiente.