Un Zeus muy bien dicho
Con ‘El secuestro de Zeus’, Gerardo Berroa no solo debuta como biógrafo, sino que también nos brinda a los lectores y al país una visión diferente de su historia.
Por nuestra ubicación geográfica, la historia de Panamá está llena de hechos y vidas que, sin mucho trabajo, podrían ser los protagonistas de una serie de televisión. O mejor aún, podrían ser el tema de un libro. El periodista y escritor Gerardo Berroa se encargó de ello escribiendo El secuestro de Zeus, la vie de Cecilio Padrón.
Nacido en Cuba en 1941, es posible que recuerde el nombre de Padrón por su notorio secuestro de 2008 en la Costa del Este a manos de operadores de las FARC. Padrón se había trasladado a Panamá buscando «empezar de nuevo». No tenía idea de que en cambio pronto estaría en la profunda jungla colombiana.
Pero ante ellos, Berroa nos muestra en detalle los hechos personales y profesionales que componían el personaje de Padrón.
Joven ávido de acción, Padrón acogió con entusiasmo la revolución de los barbudos, encabezada por Fidel Castro. Luego era piloto en el ejército cubano. Pero rápidamente se aburrió de la jerarquía militar y, junto con un amigo, desertó a Miami a bordo del avión de fumigación que operaba.
En Miami fue reclutado para la brigada que intentaría deponer a Castro desembarcando en Bahía de Cochinos.
A partir de ahí, la historia está armada con detalles sorprendentes, algunos y otros extraños.
Después de ser encarcelado en La Habana, Estados Unidos logró liberar a los frustrados golpistas. Padrón pronto encontró otro escenario para dar rienda suelta a su impulso: fue contratado como mercenario por la CIA para pilotar aviones en la fuerza aérea congoleña, que combatió a los rebeldes, apoyados entre otros por Cuba, con la participación del Che Guevara.
En la tierra de Mobuto, Padrón aprendió a pilotar aviones de combate. Desde esta habilidad, luchó contra los rebeldes en misiones que intentaron evitar su avance.
De regreso en Miami, Padrón utilizó sus ahorros para invertir en bienes raíces, y desde allí recaudó capital como contratista de construcción.
En la historia de su vida, Padrón deja claro que le fue mejor en la guerra que en el amor. Sus matrimonios inestables terminaron con el mismo impulso con el que comenzaron. Y precisamente después de una de estas rupturas accidentales, terminó encaminándose no hacia un teatro de guerra, sino hacia Panamá.
Creo que la mejor contribución de un biógrafo es contar la historia desapareciendo de la historia. Berroa lo consigue con un lenguaje sencillo y una estructura fluida, como si fuera el propio Padrón quien relatara el fracaso de Cerdos, sus amores o las aventuras bélicas en África.
Panamá, dije al principio, es un imán para las personas cuyas vidas vale la pena conocer. Con El secuestro de Zeus, la vida de Cecilio Padrón, Gerardo Berroa no solo debuta como biógrafo, sino que también nos brinda a los lectores y al país una visión diferente de su historia, y la historia de la región de la que también fuimos parte. .