El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Una doble dosis de secretos y mentiras – Prensa Libre

A menos que efectivamente exista algún otro interés ilícito, antecedentes maliciosos o, más claramente, la posibilidad de un soborno de un millón de dólares, la decepcionante compra de vacunas rusas Sputnik -V terminará con la recepción de ocho millones de dosis, cuyas entregas están sufriendo por retrasos y que se espera que finalice el 31 de diciembre. Son inaceptables las vacilaciones legalistas del ministro de Salud, Francisco Coma, quien prácticamente admite la posibilidad de que Guatemala se vea obligada a pagar otros Q600 millones por ocho millones de dosis rusas más que se entregarán hipotéticamente en 2022 y 2023. El Dr. Coma debe poner un poner fin a una continuidad tan nefasta.

El contenido del contrato, revelado por otros medios, pero no revelado oficialmente por las autoridades debido a supuestas cláusulas de confidencialidad, es un elemento sospechoso de la transacción que el gobierno de Giammattei Falla ha pagado por adelantado y recibe a plazos. Dados los excesos en el cronograma de entrega, dicho proveedor no puede ni debe ser invocado más, que incluso ha resistido la auditoría de la Organización Mundial de la Salud, que aún no ha certificado la aplicación de las dosis. Esto genera inconvenientes colaterales para miles de personas que encuentran que dicha vacunación no es aceptada en Estados Unidos o Europa.

Mientras tanto, la Contraloría y el Ministerio Público bailan al son de la comparsa oficialista, no requiriendo la presentación del contrato inicial, que les ha sido negado una y otra vez bajo el mismo pretexto de confidencialidad. Dicha investigación no solo debe acelerarse, sino que también debe conducir a solicitar el procedimiento por el gran pago realizado a espaldas de los ciudadanos.

Si la Procuraduría General de la Nación no fuera una entidad más inocua y sometida al Ejecutivo desde el anterior período de gobierno, ya estaría trabajando para justificar la declaración de lesividad del contrato en cuestión, para que se termine con el entrega de los medicamentos restantes. Una de las mejores y más lamentables pruebas del mal negocio hecho en nombre de la salud es que el 52% de las dosis aplicadas a los guatemaltecos hasta la fecha han sido donadas por países amigos, principalmente Estados Unidos.

Es poco probable que el Congreso de la República produzca un llamamiento vehemente, y mucho menos una iniciativa loable dirigida a la rescisión inmediata del contrato secreto. Los funcionarios ejecutivos vienen a responder a mitad de camino a la convocatoria, si asisten, porque se sienten protegidos por una alianza de intereses pegada a la masa preelectoral. Las complicadas discusiones para hacerse cargo de la directiva, con todos los miembros y a cualquier costo, superan el interés de acelerar la vacunación efectiva con medicamentos aprobados internacionalmente. Incluso la propia Rusia está analizando la compra de medicamentos de marca certificados.

Las lecciones de la historia son duras y elocuentes, pero aun así, el actual partido gobernante no comprende del todo que tarde o temprano se va el poder y llega la justicia, a pesar de cooptaciones y pactos. “No hay nada secreto que no se sepa, ni oculto que no se grite desde los tejados”, dijo el gran maestro de Galilea, una verdad que quienes detentan el poder temporal se niegan a reconocer. Incluso llegan a decir con aires arrogantes que están allí por la voluntad de Dios, y puede ser así, que serán responsables de sus acciones hasta el último centavo.


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