El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

Los medios de comunicación de la infamia – Prensa Libre

Desde la invención de la imprenta hasta la explosión de los medios de comunicación y la red global, donde se cruzan todo tipo de información pública y privada, las comunidades humanas han sido condicionadas a consumir lo que otros brindan. Desde el humilde volante hasta los trabajos de impresión más sofisticados, cualquier material de lectura y / o imagen aporta un factor de credibilidad inmediato, antes de ser analizado, confrontado con sus fuentes y considerado verdadero. Debido a esta cualidad intrínseca del poder del habla, la desviación ética de estos recursos es aún más peligrosa.

A pesar de conocer – intuitivamente o comprobado – esta debilidad de los medios informativos, la mayor parte de la población mundial consume vorazmente su contenido y actúa de acuerdo con estas proposiciones. Esto tiene un impacto particular durante los procesos electorales en los países en desarrollo, donde la gran mayoría carece de elementos de juicio para separar la paja del grano y sacar sus propias conclusiones. Esta debilidad suele deberse a políticas estatales destinadas a dificultar el acceso a una educación pública de calidad.

Un pueblo educado es un peligro para la clase política y las élites económicas, lo que redunda en la consolidación de sistemas de información orientados a manipular la conciencia ciudadana en todos los niveles posibles. La administración de recursos públicos -como las frecuencias de radio y televisión- en manos de gobernantes venales ha convertido estos recursos estratégicos en un botín y, por tanto, en una amenaza para la estabilidad democrática de las naciones débiles. La influencia que ejercen los medios de comunicación, capaces de llegar a todos los rincones, es un arma eficaz en la búsqueda del poder político absoluto, dentro de un sistema de explotación y dominación económica corrupta.

A lo largo de la historia de nuestro continente, importantes medios de comunicación se han comprometido en esta actividad, cuyo impacto en la política local se ha basado en la mentira y la desinformación, en connivencia con grupos poderosos y poseedores. ‘Enorme capacidad para difundir conceptos, ideas y propuestas dirigidas a la preservación de un sistema de gobierno obsoleto e ineficaz. Estos son los medios de la infamia, cuyo trabajo ha sido constantemente destruir la dinámica de las democracias, a través del engaño. Ante este inmenso poder mediático, cuya red tiene alcance continental y es administrada remotamente en oficinas inaccesibles para individuos capaces de negociar sus privilegios con los gobiernos locales, la ciudadanía se encuentra en total indefensión. Su derecho a la información, un derecho consagrado en textos constitucionales y pomposos acuerdos internacionales, es violado a diario por estos medios enemigos de la ética periodística. Este poder se refleja en la consolidación de sistemas políticos capaces de frenar el desarrollo de los países y de mantener a los pueblos bajo el yugo de la miseria, pero aún más destructivo es su efecto en la mente de millones de seres humanos. Esta infame dictadura mediática es contrarrestada por los esfuerzos de un sindicato de periodistas independientes que lucha desde plataformas alternativas – y algunos medios éticos tradicionales – en un intento de ofrecer la otra cara de la moneda: información veraz, cuidadosamente investigada, verificada, de interés público. . y capaz de arrojar luz sobre la opacidad de los gobiernos. Sin embargo, esta prensa independiente es constantemente acosada y amenazada por los centros del poder político y económico, para los cuales la información ética representa una amenaza para sus privilegios. Para la ciudadanía, este esfuerzo titánico de periodistas dignos y coherentes constituye un recurso precioso, pero también un medio para recuperar su espacio de participación ciudadana. Apoyar el periodismo auténtico y aprender a distinguir la verdad de la abundancia de mentiras en los medios es una habilidad fundamental de nuestro tiempo.


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