Cancelación de oenegés "deja indefensas a miles de mujeres"

Cancelación de oenegés «deja indefensas a miles de mujeres»

Jorlenis, una agricultora de Posoltega, en el oeste de Nicaragua, comenzó a sembrar en 2014 en una pequeña parcela de tierra porque su hija menor tenía problemas de peso. “De esta manera logré mantenerla sana y me di cuenta de la importancia de cultivar mi propia comida”, dice.

Ahora tiene un pequeño jardín para sembrar tanto en invierno como en verano. “En la estación seca, lo hago con un sistema de riego que fue financiado por una organización que trabajó con Oxfam”, explica.

El sistema de riego funciona con un pozo del que extrae agua mediante un par de pedales. “Subo, pedaleo y el agua empieza a fluir en los barriles. Desde allí abro un pequeño grifo que dirige el agua a unas tuberías que hay en el huerto para que el agua empiece a gotear sobre los cultivos ”, explica.

Gracias a esta forma de siembra, puede mantener a su familia. «Estoy orgullosa de no tener que ganar un peso para comprar comida, porque yo misma la produzco», insiste.

Se siente una mujer empoderada gracias a este cambio que ha aplicado en su vida. “Desde entonces, dejé esa mentalidad de depender de otra persona y descubrí que podía ser independiente”, dice esta joven campesina.

Para Yorlenis es lamentable el cierre de ONG por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. «Hablan de apoyar a la gente, pero están llegando a miles de familias que buscan salir de la pobreza con la expulsión de los organismos internacionales que nos han apoyado», dijo.

“Es un crimen tras otro el que están cometiendo. Quieren robarnos hasta la posibilidad de ser económicamente viables, de no depender de ningún hombre, de salir de la pobreza ”, lamenta.

Un duro golpe para las comunidades

Desde 2018, el régimen Ortega-Murillo ha despojado a 55 organizaciones de su personería jurídica, incluidas 45 en lo que va de 2021. Este año han cancelado notablemente organizaciones médicas, de mujeres y territoriales.

Seis de las organizaciones canceladas eran de Estados Unidos y Europa, como Oxfam Intermón. Este cierre afectará a cientos de familias nicaragüenses que se han beneficiado de los proyectos de desarrollo social, prevención de desastres y derechos democráticos que se han impulsado en todo el país, especialmente en el Caribe.

El director regional de Oxfam para América Latina y el Caribe, Simon Ticehurst, detalla que 129.705 nicaragüenses se han beneficiado de diversos proyectos de ayuda humanitaria, derechos humanos, producción agroecológica y protección ambiental que se desarrollaron con 56 ONG locales.

Más de la mitad de estos beneficiarios fueron mujeres como Yorlenis, pues esta organización ha impulsado en Nicaragua «iniciativas de pequeños y pequeños productores vinculados a la producción agroecológica que les permitan mejorar su seguridad alimentaria y nutricional, principalmente en los territorios afectados por el cambio climático y pobreza «. .

«Mujeres indefensas»

Otra de las organizaciones canceladas es la Asociación de Mujeres de Jalapa contra la Violencia en Oyanka. Elgin Morales, quien trabajaba al frente del servicio de atención legal y psicológica de esta ONG, lamenta que cientos de mujeres en el departamento de Nueva Segovia e incluso sus alrededores estén «indefensas».

“Es un sentimiento de tristeza que cientos de mujeres se encuentren indefensas tras este cierre forzoso porque cuando han vivido situaciones de violencia de género han acudido a nuestras oficinas”, denuncia.

Morales dice que todos los días se atiende al menos a 100 mujeres que enfrentan situaciones de peligro. “Nos ocupamos de cualquier mujer que venía en busca de ayuda y ahora, lamentablemente, ya no hay un cuerpo para defender a las mujeres, mientras que en Jalapa hemos tenido feminicidios atroces”.

Desde su fundación en 1993, esta organización ha atendido a más de 15.000 mujeres maltratadas que han recibido asistencia jurídica, atención psicológica o protección física en un albergue. Además, contaban con 35 grupos territoriales en diferentes comunidades del norte del país.

El empoderamiento de la mujer y la lucha contra la violencia se han beneficiado del apoyo de ONG cerradas. Foto cortesía

El centro “Vida y Esperanza” en Oyanka comenzó a funcionar en 2006 para brindar un espacio a las mujeres víctimas de violencia física y sexual. Morales señala que en este lugar se han «alojado» más de mil mujeres con sus hijos.

Ahora no sabe qué pasará con este lugar que ha sido confiscado por el gobierno, porque aunque sus estatutos establecen que serán donados a una organización que está desarrollando un trabajo similar al que ellos hicieron, «no hay nadie haciendo eso». . »

Ya habían experimentado la confiscación en 2014 cuando robaron todo el equipo para instalar una radio local. “Ya teníamos la autorización para operar y de repente vinieron a llevarse todo, hoy no sabemos dónde está todo eso”, explica Morales.

«Sociedad civil en juego»

Para Amaru Ruiz, coordinador de la desaparecida Red Nicaragüense por la Democracia y el Desarrollo Local (Red Local) «lo que está en juego aquí es el derecho a la cooperación al desarrollo» y «el tercer pilar fundamental para un estado democrático que es la sociedad civil».

«La sociedad civil en los estándares internacionales juega un papel importante para el proceso de auditoría social, para el proceso de desarrollo de las poblaciones locales, y que lamentablemente el régimen no está preparado para mantener en el país», advierte.

La federación reunió a más de 20 organizaciones en todo el territorio nacional y en 2019 la Policía Nacional ya había registrado sus instalaciones. «Fue un golpe (el cierre) que esperábamos, sabíamos que era cuestión de tiempo ya que el régimen busca sacar a quienes tienen un impacto en los territorios», dijo.

Aunque en varias ocasiones intentaron traer sus papeles, el Ministerio del Interior se negó a aceptarlos. No les otorgaron la certificación de la nueva junta directiva, lo que a su vez «paralizó» su recepción del certificado de cumplimiento.

Ruiz dice que el régimen ha comenzado a ver a las organizaciones que tienen vínculos en territorios donde ha habido movilizaciones desde antes de abril de 2018 «como enemigas».

“Trabajamos en al menos 40 municipios del país en el desarrollo de políticas públicas y auditorías sociales. Con más de 20 proyectos, hemos beneficiado a más de 200.000 personas en zonas vulnerables del país ”, explica Ruiz.

«No podrán borrar los frutos de nuestro trabajo»

La Asociación Colectiva de Mujeres de Matagalpa, a la que se le retiró su personalidad jurídica el 26 de agosto, emitió un comunicado denunciando esta arbitrariedad jurídica «basada en trucos y mentiras» que busca «imponer miedo y silencio».

“Los frutos de esta labor de años, sembrando en la conciencia del pueblo, no pueden ser borrados por ninguna Asamblea Nacional, ningún gobierno, porque es de la mujer rural, la niñez, la juventud”, declararon.

Afirman que la prueba de su trabajo son los miles de mujeres y niños que han recibido “atención integral” durante 31 años en los distintos proyectos comunitarios desarrollados como: casas comunitarias, fondos rotatorios, bibliotecas comunitarias, proyectos de agroecología., Recolección de agua, construcción de viviendas, venta comunitaria, iniciativas de creación teatral, coro, pilotes, folletos, manuales, cuadernillos, entre otros.

“Denunciamos la violación del derecho de sindicación, a la justicia, a la libertad de expresión y al derecho a vivir sin violencia”, subrayan.

La participación de las mujeres ha sido impulsada por organizaciones como el Colectivo de Mujeres de Matagalpa. Foto cortesía

Uno de los miembros de esta ONG habló con CONFIDENCIAL y el programa Esta noche, bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, y precisa que el Colectivo ha desarrollado durante su existencia «una serie de proyectos vinculados a la mejora de las condiciones de vida de las mujeres en todos los sentidos de la palabra … para el medio ambiente, atentos a la ejercicio de derechos ”.

“Toda esta propuesta de organización social es enorme porque tiene muy grandes raíces las cuales están ligadas al trabajo con la niñez, al trabajo con adolescentes y jóvenes de todas las comunidades que tienen una gran red de animadores culturales, bibliotecarios rurales”, explica.

“Son 17 espacios bibliotecarios rurales establecidos, operando desde hace más de 20 años en todas las comunidades, estos son los únicos espacios que existen y son espacios educativos, de formación, donde niños y niñas encuentran su espacio para ejercer sus habilidades, derechos y aprendizajes”. él dijo. agrega.