Cinco grandes mentiras sobre Afganistán

Cinco grandes mentiras sobre Afganistán

1. La retirada de los Estados Unidos de Afganistán se puede comparar con la retirada de Vietnam.

Falso. De ninguna manera. El objetivo de la presencia estadounidense en Vietnam era evitar la penetración imperial de la URSS, potencia que apoyó militarmente a Vietnam en el sudeste asiático. Si Vietnam se redujera al dominio soviético, lo mismo sucedería con Laos y Camboya.

Pero cuando Kissinger descubrió que la China de Mao estaba tan interesada como Estados Unidos en evitar la hegemonía de la URSS en la región, cedió hábilmente la hegemonía militar a China. El gobierno chino solucionaría el problema en cuestión de meses. Desde este punto de vista, la URSS no pudo hacer frente a una alianza chino-estadounidense, por lo que tuvo que despedirse de sus demandas en el sudeste y sur de Asia.

Visto desde esta perspectiva, la retirada de los estadounidenses de Vietnam no fue una derrota estadounidense contra Viet Kong, sino una derrota soviética contra China. La historia terminó llevándose bien con Kissinger. El sudeste asiático, comenzando con Vietnam, está poblado hoy por prósperas economías capitalistas que disfrutan de excelentes relaciones comerciales con China y Estados Unidos.

2. Estados Unidos invadió Afganistán para crear una democracia

Falso. Estados Unidos invadió Afganistán después del 11 de septiembre. 2011 cuando advirtió que se había formado un frente terrorista islámico fuera de ese país como parte de una guerra declarada contra Occidente, con vínculos con casi todos los países de Oriente Medio. La ocupación de Afganistán también tenía como objetivo romper los lazos entre Arabia Saudita, Al Quaida y los talibanes. Este objetivo se ha logrado

Hoy, el peligro de expansión terrorista se ha reducido, gracias en particular a la diplomacia y la influencia de Arabia Saudita, de la fe predominantemente sunita, como en Afganistán (80%).

Arabia Saudita y gran parte de los Emiratos tienen excelentes relaciones con los talibanes y con Estados Unidos. Al mismo tiempo, son los principales enemigos de Irán en la región. Lo más probable es que Arabia Saudita tome a los talibanes bajo su «protección».

3. Al retirar sus tropas de Afganistán, Estados Unidos ha abandonado la región islámica a su suerte.

Falso. Para Estados Unidos, el principal problema ahora es detener la expansión iraní en la región. En este objetivo, está totalmente de acuerdo con Israel. Por eso Estados Unidos está apoyando al ejército saudí contra el ejército chiíta (pro-iraní) en Yemen. La razón de la oposición de Estados Unidos a Irán es simple: Irán ha restaurado su unidad con Siria y cuenta con el apoyo de Rusia y China. Arabia Saudita, por su parte, ha establecido relaciones diplomáticas con Israel. Puede ser que ya a nivel de este reconocimiento mutuo, se haya estipulado la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Hay indicios.

Por lo tanto, hay dos frentes político-militares: uno hegemonizado por Irán y el otro por Arabia Saudita. Estados Unidos e Israel están a favor de este último. Si miramos estas razones, hablar de una derrota estadounidense contra los talibanes es definitivamente ridículo.

4. La retirada de las tropas estadounidenses muestra las diferencias entre Trump y Biden sobre la cuestión de Afganistán

Falso. Obviamente no. La retirada de tropas de Afganistán es en Estados Unidos una cuestión de estado, no de gobierno, y mucho menos de partidos. Independientemente de los estilos personales, en este punto hay una continuidad entre Trump y Biden, como antes entre Bush y Obama.

5. Al salir de Afganistán, Estados Unidos entregó a las mujeres afganas a la represión patriarcal.

Falso. Estados Unidos no controlaba todo Afganistán, solo las principales ciudades y ciertas áreas estratégicas militarmente. Las relaciones socioculturales de la nación no se han alterado en lo más mínimo. Por lo demás, la liberación de la mujer nunca se logrará mediante invasiones territoriales. Es un tema con profundas raíces culturales y religiosas.

La liberación de las mujeres de sus patriarcas musulmanes debería ser obra de ellas mismas, no de soldados pagados.

Tanto hombres como mujeres pertenecen a la cultura patriarcal islámica. No podemos olvidar que la caída del Sha de Irán (1979) y la instalación de los ayatolás en el poder fueron la consecuencia de una revolución tradicionalista y religiosa en la que la vanguardia estaba formada por feroces mujeres musulmanas, todas apretujadas en sus respectivos burkas. Fue un triunfo de la tradición contra la modernidad, de la religión contra la razón, del pasado contra el presente.

Corolario: Nunca dejes la interpretación de la historia en manos de los medios periodísticos -por pequeños que sean-. Mucho menos el de la política.