El mayor desastre lo provoca la ignorancia - Prensa Libre

El papel que todo lo soporta – Prensa Libre

Recientemente, en una entrevista con un medio de radio, escuché a un abogado decir que había cierto candidato con la intención de continuar en el poder durante ocho o incluso doce años. Se refería a Zury Ríos y la conversación se desarrolló con el telón de fondo de ese mantra amañado, artificialmente construido y persistente de que «somos como Nicaragua», sobre todo ahora que muchos de los que condenan a este régimen han tomado una actitud más enérgica que ellos. en los últimos años, más permisivo con el «comandante».

Ser abogado, en este país de abogados, siempre ha sido especial. Lo que no sabía hasta ahora es que además del título -diplomas-, de «Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado y Notario», otorgan -quizás además- la especialidad de «adivino con pelota», y no precisamente cristal. En el contexto del debate, fue necesario generar esa imagen del candidato que se perpetuará -según el eminente abogado- para luego concluir que por eso nos parecemos a Nicaragua. Una de las muchas falacias argumentativas que se utilizan ampliamente y de forma traicionera en este gremio.

No sé si Zury Ríos podrá -o querrá- ser candidato y, sobre todo, desconozco la posición que tomará el CC sobre la cuestión, aunque hay antecedentes. De lo que estoy seguro es de lo que pasó dos veces cuando corrió. En uno participó porque cuando hubo que informar al CC de la protección, ya se habían realizado las elecciones; en el otro, el padrón ciudadano le denegó la participación en base a lo dispuesto en la Constitución e impidió su candidatura.

El debate y las acusaciones se reactivan luego de las elecciones en Nicaragua y luego de la aprobación por parte de la administración norteamericana de la ley Renacer, que incluye una serie de medidas contra el régimen Ortega-Murillo. Quienes dicen que nos parecemos, o somos, a Nicaragua -en un claro deseo de presentar al país como una dictadura- ignoran que los dictadores del momento son socialistas: Cuba, Nicaragua y Venezuela, y que el populista por excelencia – Bukele. – fue activista del FMLN. Es decir, por si no ha quedado lo suficientemente claro: el autoritarismo del siglo XXI en el continente viene de la mano de la izquierda radical y revolucionaria, la que aboga por la «resistencia» para saber muy bien qué, y admirado o practicado la lucha armada durante años. Sin embargo, intentan sembrar confusión ocultando que estos partidos de ideología de izquierda radical -de los que muchos profesan- tienen a estos países bajo la bota dictatorial y criminal, y no a estos otros de «derecha», como les gusta llamar, que La ineficacia y el fracaso no fomentan, al menos no todavía, la debacle que sufren los ciudadanos de estas latitudes. También guardan silencio con interés -los que advierten que «somos como Nicaragua» – que la llamada ley Renacer fue aprobada por más republicanos que demócratas y que seis republicanos y 29 demócratas se opusieron. Es curioso -o fortuito- que quienes no aprueban la ley contra el régimen nicaragüense pertenezcan, en su mayor parte, al ala más radical del Partido Demócrata, como la eminente Alexandria Ocasio-Cortez.

Hay grupos ideológicos que son excelentes manipuladores con una retórica monolítica y espuria que repiten en los mejores Goebbels -otro estilo nacionalsocialista- hasta que algunos les creen. Ciertamente no somos Nicaragua -por eso puedo seguir escribiendo y disentir- y los que quieren que nos parezcamos son precisamente los que proclaman este discurso, aplaudiendo las revoluciones, la guerrilla, las subversiones, la resistencia y, ahora, en Además, pueden leer el futuro de la debacle que se avecina. ¡Por favor, graduado, más serio y menos activista!


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