Estos son los momentos en los que los dibujos animados no te hacen reír

Estos son los momentos en los que los dibujos animados no te hacen reír

“Arístides, ¿has notado que los dibujos animados ya no te hacen reír? Esto es lo que me dijo Rubén Darío Murgas -con el ceño fruncido-, afirmación que, más allá de la curiosidad, me introdujo en un período de interminables reflexiones. Tanto es así que llegué a pensar en la famosa frase de Leonardo da Vinci donde nos dice que «la realidad (muchas veces) supera la fantasía» … ¿Es esto lo que nos pasa? ¿Es esta la preocupación de Rubén Murgas de que la realidad esté más allá de nuestra imaginación? Cuando lo pienso, no sé si reír o llorar.

A veces la naturaleza extraña nos dice que los contrastes son parte del sabor de la vida y para educarnos nos hacen admirar los hermosos rosales con sus peligrosas espinas, donde lo precioso (la rosa) soporta el dolor (las espinas) por enseñarnos a no hacerlo. abandonar nuestro destino a simples fascinaciones; advertirnos que la búsqueda de la verdad es un ejercicio difícil y que cada uno de nosotros debe someterse a los criterios cuerdos para hablar con fundamento en estos tiempos confusos.

La caricatura – en la evolución histórica – ha sido un instrumento de depuración de sociedades. Elimina las partes más oscuras, usa el sarcasmo para señalar errores y defectos. Amplifica los errores para hacerlos aparecer a la vista de todos, con la particularidad de que en diversas etapas históricas ha sido enemigo de los poderosos, denunciando esas particularidades que los poderosos quieren ocultar. Por estas razones, la sátira de dibujos animados es primordial en las sociedades modernas.

Sátira moderna

Las redes sociales, la televisión y los periódicos, los medios de comunicación en general, nos mantienen en contacto con el mundo de la crítica; sátira es hacer polémica con sarcasmo, ironía e incluso varias veces tachados por memes, aprobados con emociones directas como los emojis, ya que aparentemente estos se han convertido en obras literarias.

Esta definición no debería sugerir que bajo el concepto de sátira solo existe un juego de bromas. La sátira es una práctica bastante compleja y tiene una intención moralizante; cuestiona una serie de mecanismos profundos que van desde la ética hasta los recursos necesarios para provocar el distanciamiento y la risa, como en la ironía.

Un personaje interesado en la sátira debe conocer muy bien su realidad contemporánea, los fracasos de las clases sociales o políticas, los mecanismos del mundo circundante para captar los elementos más sensibles a la crítica. Además de eso, la sátira tiene una historia de mil años; Desde que la sátira griega ganó amplia circulación y éxito, ha sido atacada y censurada por poderosos poderes precisamente debido a sus características controvertidas e irreverentes.

Bufones y dibujos animados

El bufón es un actor, muy a menudo deforme, que en las cortes europeas tenía la tarea de provocar la risa de los caballeros con bromas y sátiras picantes.

En el siglo XV aparecieron en Italia los monólogos de los bufones, el “Mariazo”, recitado en las bodas, y el “Gliommero” en trabalenguas, feroces críticos de la moral.

En Francia, ser tonto significaba tener una carga real. En este país nació el primer loco reconocido, Geoffroy, que vivió en la corte de Felipe V el Largo (siglo XIV).

En España, en el siglo XVI, el bufón Francesillo de Zúñiga pagó caro su audacia en La Crónica burlesca del asesinato del emperador Carlos V; Don Diego Hurtado de Mendoza cultivó este género en verso, y quizás también en el anticlerical Lazarillo de Tormes que se le atribuye, que dio origen a la novela picaresca.

Los datos históricos nos dicen que atreverse a burlarse del poder puede ser peligroso y sugieren que la sátira es una obra de arte.

«Si los dibujos animados ya no nos hacen reír (como me susurró Rubencito Murgas) es porque se ha aceptado el compromiso con los demonios que tienen que combatir …»

Dibujo animado

La caricatura (del italiano caricare: llevar, exagerar) es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una o más personas. Es, a veces, un retrato reconocible de la sociedad, para crear una semejanza fácilmente identificable y generalmente graciosa. Su técnica habitual consiste en recoger los rasgos más marcados de una persona y exagerarlos o simplificarlos para provocar el humor o representar un defecto moral mediante la distorsión de estos.

La caricatura es uno de los medios fundamentales de expresión en la sociedad moderna. “La caricatura, por tanto, no es necesariamente un medio de hacer reír a la gente: es un arma política mediocre, un agente moralizador muy malo. Pero es un proceso maravilloso concretar una idea abstracta y así presentarla a una multitud rebelde a las abstracciones … De esta manera, se establece la imagen de lo que la mente no podría concebir con los ojos. Desenreda, unifica, concretiza; es una luz ”, escribe Robert de la Sizeranne.

Lo contradictorio como práctica democrática

Está claro que no se puede prescindir de exponer el panorama social donde se desarrolla la sátira en una caricatura, especialmente en un país como Panamá, acostumbrándose a enjaular caricaturas en programas de televisión o en periódicos, dejando libertad a las redes sociales.

Se desprende que en las emisiones de opinión -televisión o radio- no hay contradicción de opiniones, cada una de ellas es un territorio donde se cultivan posiciones personales sin dar la posibilidad de abrirse a tesis. otro programa, sin darte la oportunidad de crear tus propios criterios.

El resultado de estos programas enjaulados es que ni las editoriales ni los medios de comunicación ejercen la función que pretenden representar, que es la libertad de expresión y la educación de una sociedad que construye un criterio autónomo para lograr una democracia transparente basada en la justicia social para todos.

En consecuencia, abren la posibilidad de que las redes sociales ocupen estos espacios donde el panorama de opinión se abre a lo contradictorio, tomando las riendas de una sátira real, sin censura, con diversidad de opinión para que nos formemos nuestro propio criterio.

Oposición como riqueza

Todos sabemos que, en una democracia, la opinión opuesta o la oposición es la sal y la pimienta de una democracia sana. El desarrollo de una sociedad moderna tiene como objetivo la transparencia de todo el sistema y los dispositivos que lo componen. Espacios abiertos para el juicio de ideas yuxtapuestas y contrarias. Y nunca a la autocontención o las barreras defensivas.

Si los dibujos animados ya no nos hacen reír (como me susurró Rubencito Murgas) es porque se ha aceptado el compromiso con los demonios que deben combatir o porque simplemente han entregado lealtad a las jaulas.

Aunque tengo que decir que creo que la ironía de todo es que la realidad panameña ha ido más allá de la fantasía, como señaló Leonardo da Vinci. Mientras digo esto, me pongo las manos en la cabeza, me arrodillo en la silla y no sé si morirme riendo o llorando.

¡Cualquier parecido con algo, hecho o persona es pura leche!

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